Chip y Chop: Los guardianes rescatadores (2022)

“Chip y Chop: Los guardianes rescatadores” es, en esencia, una carta de amor nostálgica a una época dorada de la animación familiar. Disney ha sabido con éxito – y con cierta teatralidad – recapturar la magia que emanaba de las series originales de los años noventa, aunque el resultado final no alcanza la perfección, sino que se queda, a veces, un poco a medias. La película se presenta como un homenaje a Chip y Chop, dos amigos inseparables que, tras tres décadas de vida adulta y con cambios de aspecto (Chip ahora con familia, Chop inmovilizado y con un implante 3D), se ven arrastrados de nuevo a la aventura cuando uno de sus antiguos compañeros, el entrañable Robo Robot, desaparece sin dejar rastro.

La dirección de Dave Filoni es segura y competente, construyendo un ambiente contemporáneo que se entrelaza fluidamente con la estética retro que tanto enamoró al público original. Los escenarios de Los Ángeles son vibrantes y bien utilizados, y se aprecia un esfuerzo por integrar a los personajes de las series de Disney Channel, como Milo Thatch, que aporta un toque de dinamismo y humor a la trama. Sin embargo, la película se ve a veces victimizada por su propio deseo de complacer a los fans, lo que conlleva a momentos un tanto predecibles y a un ritmo que a veces se estira demasiado. No se atreve a romper con las convenciones, limitándose a ser una serie de secuencias de rescates y persecuciones familiar, aunque la mayoría son visualmente interesantes.

Las actuaciones son sólidas, con Eric Bauza y Andy Samberg, quienes dan voz a Chip y Chop, ofreciendo un equilibrio perfecto entre el humor y la ternura. Sus interacciones, respaldadas por la química que se evidencia, son el corazón de la película. Sin embargo, el elenco secundario, aunque competente, no logra destacar especialmente. Las voces de los personajes secundarios, aunque agradables, no aportan una profundidad que les permita realmente resurgir de las memorias del público. El papel de Milo Thatch, interpretado por Patton Oswalt, es particularmente agradable, aportando un aire de nostalgia y un sentido del humor inteligente.

El guion, aunque no es particularmente original, cumple su cometido de presentar una historia sencilla pero entretenida. La trama principal, centrada en la amistad, la responsabilidad y la superación de miedos, es accesible para toda la familia. Sin embargo, el desarrollo de la historia es lineal y carece de giros inesperados. Las resoluciones de los problemas, aunque satisfactorias, se presentan de una manera algo directa, sin mucho suspense. El uso del elemento de la nostalgia, si bien es omnipresente, se siente a veces forzado y superficial, como si la película se esforzara demasiado por evocar recuerdos sin profundizar en sus significados.

En definitiva, “Chip y Chop: Los guardianes rescatadores” es una película divertida y agradable, que seguramente resonará con aquellos que crecieron con las series de los noventa. No es una obra maestra, pero sí una celebración del espíritu de aventura y la amistad que hizo famoso a estos personajes. Es un espectáculo familiar que, sin duda, satisfará las expectativas de un público nostálgico.

Nota: 7/10