Chitty Chitty Bang Bang (1968)

“Chitty Chitty Bang Bang” (1968) es mucho más que una película familiar; es un viaje nostálgico a una Inglaterra de cuento de hadas que se aferra a la fantasía de un tiempo ido. La película, dirigida por Vincent Sherman, se presenta como una joya del cine clásico, una obra que, a pesar de sus evidentes deficiencias técnicas, sigue cautivando al público con su espíritu optimista y su banda sonora inconfundible.

Dick Van Dyke, en el papel de Caractacus Potts, entrega una actuación absolutamente encantadora. Su excéntrico personaje, un inventor con una pasión desmedida por los coches y un alma noble, es el corazón de la película. Van Dyke captura a la perfección la mezcla de torpeza, ingenio y bondad que define a Caractacus, ofreciendo un rendimiento que permanece grabado en la memoria. Lionel Jeffries, como el padre de los Potts, complementa la interpretación de Van Dyke con una presencia paternal sólida y un humor sutil. Las interacciones entre ambos, cargadas de amor y preocupación por sus hijos, son uno de los puntos fuertes de la película.

La película se beneficia enormemente de su guion, que, aunque sencillo y a veces predecible, cuenta con momentos de pura magia. La trama, inspirada en el libro de Ian Fleming, se desarrolla a un ritmo vertiginoso, alternando momentos de acción y aventura con escenas de comedia y romance. La incorporación al mundo de los piratas, con sus castillos flotantes y sus personajes extravagantes, es un despliegue visualmente atractivo y repleto de imaginería. Sin embargo, el guion no se exime de algunas exposiciones torpes y diálogos que, aunque evocadores, a veces resultan un poco artificiosos.

Visualmente, “Chitty Chitty Bang Bang” es una película que ha envejecido sorprendentemente bien. La dirección artística, con sus decorados coloridos y su diseño de vestuario, transporta al espectador a una Inglaterra imaginaria, una versión idealizada y encantadora del pasado. La fotografía, aunque con los estándares actuales podría considerarse un tanto suave, captura la belleza de los paisajes y el encanto de las escenas de acción. La banda sonora, compuesta por Richard Todd, es otro elemento fundamental de la película, con melodías pegadizas y evocadoras que refuerzan la atmósfera mágica de la historia. La canción "Chitty Chitty Bang Bang" se ha convertido en un clásico instantáneo, y sigue siendo memorable hoy en día.

En definitiva, “Chitty Chitty Bang Bang” es un clásico del cine familiar que ofrece una dosis saludable de fantasía, aventura y optimismo. Aunque no es una obra maestra cinematográfica, su encanto innegable y su capacidad para evocar la infancia la convierten en una película que vale la pena ver, especialmente si se busca una experiencia cinematográfica ligera y agradable. Es una carta de amor a la imaginación y a la esperanza.

Nota: 7/10