Cielo rojo (2023)

“Cielo Rojo” no es un thriller de fuego, pese al omnipresente color que domina la pantalla y la narrativa. La película, dirigida por режиссер Achmed Akkad, es, en esencia, una exploración inquietante de la adolescencia, el miedo y la inminente llegada de la madurez, envuelta en una atmósfera de creciente tensión y desesperación. La película se centra en cuatro amigos, un grupo de jóvenes que se encuentran a las puertas de una época que se siente, irónicamente, como el fin del mundo.

La dirección de Akkad es sutil pero efectiva. Evita los clichés del género, concentrándose en la construcción de la atmósfera y en la psicología de los personajes. El uso de la luz y el color es magistral: la belleza deslumbrante del paisaje báltico contrasta brutalmente con el color rojo intenso que impregna el cielo y que, progresivamente, invade la casa donde se encuentran los protagonistas. Esta paleta cromática, un recurso visual recurrente, no es solo estética, sino que sirve para reflejar el estado emocional de los personajes, su ansiedad y su miedo a lo inevitable.

Las actuaciones son impecables. El reparto, encabezado por Alexander Errmann, Lena Ursin y Frank Gorana, entrega interpretaciones honestas y conmovedoras. Errmann, en particular, retrata magistralmente la angustia y la confusión de un joven al borde de la pubertad, atrapado entre el deseo y el temor. Las interacciones entre los personajes son creíbles y ricas en matices, mostrando sus inseguridades, sus miedos y sus primeras experiencias amorosas. No se trata de personajes planos; cada uno de ellos tiene sus propias motivaciones y conflictos internos, que se desentrampan a lo largo del relato.

El guion, escrito por Achmed Akkad y Jan Anders, se distingue por su economía narrativa. Se centra en la experiencia del momento, evitando explicaciones innecesarias y permitiendo que la tensión se acumule gradualmente. El diálogo es natural y auténtico, reflejando la forma en que hablan los adolescentes. La película no intenta ofrecer respuestas fáciles; simplemente presenta una situación límite y observa cómo los personajes reaccionan ante ella. La ambigüedad es intencionada, dejando al espectador con la sensación de que el futuro es incierto y que la vida, a menudo, nos supera sin que podamos entender sus razones.

En definitiva, "Cielo Rojo" es una película poderosa y evocadora, que nos recuerda la fragilidad de la vida y la intensidad de las emociones juveniles. No es un espectáculo de acción, sino una reflexión sobre el miedo, el amor y la pérdida, envuelta en una atmósfera de creciente suspense. Una película que se queda en la memoria mucho después de que los créditos finales hayan comenzado a rodar.

Nota: 8/10