Cin Tepesi (2018)

“Cin Tepesi” (La Colina Embrujada) no es una película que te asusta con sustos fáciles y efectos especiales deslumbrantes. Es una experiencia sensorial, una película que se instala bajo la piel y te deja con la sensación persistente de que algo, o alguien, te está observando desde las sombras. Dirigida por Bahadır Yenişah Tarhan, un maestro del terror atmosférico turco, la película se beneficia enormemente de su capacidad para construir una sensación de inquietud implacable, un ambiente opresivo que se esconde detrás de la belleza agreste del paisaje turco.

La película se centra en Biray y Furkan, dos jóvenes investigadores con una credibilidad digital que buscan, más que fama o reconocimiento, una prueba tangible de lo sobrenatural. Su ambición los lleva a Biray Dalkıran, quien ofrece una interpretación particularmente convincente de la duda y la fe conflictiva, y a Furkan Karakaş, cuya desesperación por encontrar algo real trasciende la simple búsqueda de hechos extraordinarios. El guion, escrito por Tarhan y Aytekin Yarat, se aferra a un ritmo deliberadamente lento, permitiendo que la tensión se acumule gradualmente. No hay jumpscares, pero sí una proliferación de sonidos inquietantes – el viento aullando, los crujidos de las ramas, voces distorsionadas que parecen provenir del interior de la tierra – que generan una atmósfera palpable de peligro.

La belleza del paisaje, en sí mismo, funciona como un elemento crucial de la narrativa. Las montañas del Cañón de Göreme, con su imponente verticalidad y su iluminación cambiante, se convierten en un personaje más, un testigo silencioso de los eventos que se desarrollan. Esta ubicación, tan inhóspita y aislada, refuerza la sensación de vulnerabilidad y desconexión de los protagonistas. Sin embargo, es importante destacar que la película no se pierde en descripciones excesivas; la acción se centra en la experiencia de los personajes, su creciente paranoia y la desintegración de su vínculo. Las actuaciones son sólidas, con un énfasis en la sutileza y la expresión facial. Dalkıran y Karakaş transmiten la angustia de sus personajes con una honestidad conmovedora, y el resto del equipo, compuesto por un sacerdote, un experto en música y un psicólogo, aportan elementos interesantes al debate sobre la creencia, la fe y la razón.

No obstante, la película podría haber beneficiado de un desarrollo más profundo de algunos de los personajes secundarios. Si bien las motivaciones de Biray y Furkan son claras, algunos de los miembros del equipo carecen de un trasfondo que explique completamente su participación. La narrativa, aunque efectiva, podría haberse enriquecido con un análisis más exploratorio de las creencias locales y el folklore que rodean la Colina Embrujada. A pesar de estas pequeñas deficiencias, “Cin Tepesi” es una película que cumple su cometido: ofrece una experiencia cinematográfica memorable que se basa en la atmósfera, el sonido y la sensación de que lo desconocido está al acecho. Es un verdadero triunfo para el género del terror psicológico y una prueba del talento de Bahadır Yenişah Tarhan.

Nota: 7.5/10