“Circo del Sol: Mundos Lejanos” es, en su esencia, un espectáculo visual que se ha condensado en un formato cinematográfico. La dirección de Andrew Adamson, conocido por su trabajo en ‘Shrek’ y ‘Las Crónicas de Narnia’, es sorprendentemente competente al traducir la exuberancia y la complejidad de las producciones circenses de Cirque du Soleil a la pantalla grande. Adamson, sin embargo, no busca reinventar el circo, sino ofrecer una experiencia inmersiva que evoque la magia y la maravilla que estos espectáculos ofrecen en vivo. Su manejo de la 3D, en particular, es fundamental; la técnica no se limita a efectos visuales ostentosos, sino que se integra de manera orgánica con la coreografía y los escenarios, creando una sensación de profundidad y movimiento que realmente envuelve al espectador.
La película, sin embargo, no es una narrativa convencional. Su fuerza radica en su ausencia de una trama lineal. En lugar de un argumento complejo, se centra en la captura de momentos, en la presentación de las actuaciones más impresionantes y, en general, en la creación de una atmósfera de asombro. Andrew Adamson se guía fuertemente por las habilidades extraordinarias de los artistas, permitiéndoles brillar. La película se siente como un libreto de "Lo Mejor del Circo del Sol", condensado en una hora y media. Es una recopilación de fragmentos exquisitos que, aunque no ofrezcan una experiencia emocional profunda, sí te transportan a un mundo de posibilidades ilimitadas y belleza visual impactante.
Las actuaciones son, de nuevo, el corazón de la película. Los artistas de Cirque du Soleil son verdaderos maestros en sus disciplinas. La coreografía es exquisita, la música envolvente y los trajes y decorados son espectaculares. Pero la dirección de Adamson no se limita a mostrar estas habilidades; las presenta en un contexto que resalta su ingenio y creatividad. Hay momentos de pura acrobacia que desafían la lógica y el sentido común, y otros, más sutiles, que evocan un sentimiento de asombro y deleite. Sin embargo, es importante reconocer que el guion es, en gran medida, pasivo, con diálogos mínimos que sirven principalmente para contextualizar los actos o para introducir los temas de la naturaleza y la conexión con el mundo natural, ideas que se presentan de manera algo superficial.
En definitiva, “Circo del Sol: Mundos Lejanos” es una película para contemplar, para disfrutar de los detalles, para apreciar la habilidad humana y la belleza de la performance. Si buscas una historia que te haga pensar o un drama conmovedor, probablemente te decepcione. Pero si lo que buscas es una inmersión en un universo de maravilla visual, un espectáculo de entretenimiento puro y un homenaje a la magia del circo, entonces esta película es una excelente opción. Es un recordatorio de que, a veces, la mejor forma de contar una historia es a través de la imagen, el movimiento y la pura maravilla.
Nota: 7/10