Cita a ciegas (1987)

“Cita a ciegas” (Meet Joe Black, 1998) es un melodrama que, a primera vista, parece caer en la trampa de la pretensión sentimental. Sin embargo, bajo la fachada de un relato sobre la inmortalidad, se revela una película sorprendentemente sutil y reflexiva, que explora temas como la mortalidad, la pérdida, el amor y la búsqueda del significado en la vida. La dirección de Martin Scorsese es discreta pero efectiva, optando por un estilo visual elegante y con toques de surrealismo que complementan la atmósfera melancólica de la historia. Scorsese no se dedica a grandilocuencias; su contribución reside en la forma en que construye la tensión emocional, creando un ambiente de quietud amenazante y anticipación en cada escena clave.

Brad Pitt ofrece una actuación magistral como Joe Black, un vampiro que ha vivido durante siglos y se encuentra en un punto de inflexión en su existencia. Su Joe es un ser atormentado, no por su naturaleza sobrenatural, sino por el aburrimiento de la eternidad y la creciente sensación de aislamiento. Pitt transmite con maestría la fatiga y la melancolía de un alma que ha visto pasar incontables generaciones. La química entre Pitt y Gwyneth Paltrow es, sin duda, uno de los puntos fuertes de la película. Paltrow interpreta a Nadia, una joven artista que se encuentra en una encrucijada vital, con una autenticidad y vulnerabilidad que contrastan de forma impactante con la figura apacible y distante de Joe. El juego de miradas y la evolución de su relación son sutiles pero poderosas, evidenciando un crecimiento emocional mutuo que va más allá del simple romance.

El guion, adaptado de una novela de Anne Rice, es quizás el aspecto más interesante de la película. No se enfoca únicamente en la trama del romance, sino que utiliza la relación entre Joe y Nadia para examinar la condición humana. La película plantea preguntas sobre la importancia de vivir el presente, la belleza de las impermanencias y la responsabilidad de aprovechar cada momento. La inclusión de personajes secundarios, como el hermano de Walter, añade profundidad a la narrativa, ofreciendo perspectivas diferentes sobre la vida y la muerte. El diálogo, aunque a veces algo lento, es inteligente y evocador, contribuyendo a crear un ambiente de introspección y reflexión. La película evita caer en clichés vampíricos típicos, ofreciendo una visión más humana y realista del género, aunque con un toque de fantasía que eleva la narrativa.

Sin embargo, “Cita a ciegas” no es una obra maestra absoluta. La trama, a pesar de su potencial, a veces se siente un poco predecible, y algunos de los flashbacks a la vida de Joe son un tanto desconectados. No obstante, la atmósfera melancólica, las actuaciones convincentes y la exploración reflexiva de temas universales la convierten en una película digna de ser vista, especialmente para aquellos que disfrutan de las historias de amor con un toque de misterio y drama. La banda sonora, que utiliza piezas clásicas, acentúa la sensación de nostalgia y melancolía que impregna toda la película.

Nota: 7/10