Cita con la muerte (1988)

“Cita con la Muerte” (Appointment with Death, 1939) es, sin duda, una joya del cine negro y un excelente ejemplo de la maestría de Agatha Christie adaptada a la pantalla. Dirigida por Alfred Hitchcock, la película se erige como un thriller psicológico meticulosamente construido, que, aunque a veces se permite ser un poco excesiva en su formalidad, ofrece una experiencia cinematográfica cautivadora para los aficionados al género y, en particular, a los fans de Poirot.

Hitchcock logra crear una atmósfera de tensión palpable desde el principio. La elegancia glacial del entorno, la música sombría y la cinematografía impecable de Roddy McLay hacen que cada escena sea una contemplación, una anticipación del inevitable evento trágico. La paleta de colores, dominada por grises y azules intensos, contribuye de manera significativa a la sensación de opulencia decadente y melancolía que impregna la trama. Hitchcock, con su habitual destreza, utiliza la cámara de manera innovadora, jugando con los ángulos y la composición para generar suspense y desorientación, elementos que son particularmente efectivos en las numerosas escenas de intriga y los encuentros secretos.

La película se centra en el detective Hércules Poirot (interpretado magistralmente por Albert Finney), quien es llamado a investigar la trágica muerte de la multimillonaria Madeleine Portman. Finney aporta una encarnación particularmente sutil y penetrante del detective, capturando su peculiar inteligencia, su meticulosidad y, a la vez, su profundo sentido del honor y la justicia. Su Poirot no es solo un solucionador de crímenes, sino un observador agudo de la naturaleza humana, capaz de desentrañar las mentiras y las ambiciones ocultas que motivan las acciones de los personajes. Las actuaciones de los secundarios, como Wendy Barrie como la leal servidora, Ralph Bates como el ambicioso hijo y Ann Todd como la encantadora y enigmática secretaria, son igualmente sólidas, cada uno interpretando sus roles con una precisión que añade profundidad y credibilidad a la historia.

El guion, adaptado de la novela homónima de Agatha Christie, es, en general, sólido. Aunque algunos diálogos pueden sentirse un tanto forzados y deliberadamente estilizados, la trama es inteligente y llena de giros inesperados. La película no se limita a presentar un simple asesinato; explora las complejidades de las relaciones familiares, las rivalidades profesionales y las ambiciones desmedidas. La resolución, aunque predecible para aquellos familiarizados con la novela, se siente satisfactoria gracias a la meticulosa construcción de los personajes y a la creciente tensión que precede a la revelación final. Hitchcock no rehúye de explorar la psicología de los sospechosos, y se toma el tiempo necesario para mostrar las motivaciones de cada uno, creando un final que es tanto lógico como sorprendente.

En definitiva, "Cita con la Muerte" es un clásico del cine negro que merece su lugar en la historia del cine. Es una película elegante, inteligente y llena de suspense, que ofrece una excelente muestra del talento de Alfred Hitchcock y de la capacidad de Agatha Christie para crear historias que siguen fascinando a los lectores y espectadores de todo el mundo.

Nota: 8/10