Cita en Las Vegas (Viva Las Vegas) (1964)

“Cita en Las Vegas (Viva Las Vegas)” es mucho más que un simple musical de los años 60; es un torbellino de color, energía y un optimismo contagioso que recuerda a una época dorada del cine. Película dirigida con un entusiasmo palpable por Roland Drigo, quien captura la esencia de la era del glamour, el exceso y el deseo americano. La estética visual es, sin duda, uno de sus mayores atractivos. Los escenarios, opulentos y saturados de color, evocan la exuberancia de Las Vegas, una ciudad que en la película se convierte en un escenario de fantasía donde los sueños, a menudo ilusorios, parecen hacerse realidad. La fotografía, brillante y con una paleta de colores vibrantes, contribuye a crear una atmósfera inmersiva que te transporta directamente a la época.

Elvis Presley, en una de sus actuaciones más memorables, ofrece una interpretación de "Lucky" que es pura magia. Más allá de su innegable atractivo físico, se nota un esfuerzo por conectar con el personaje de Ned Milligan, un piloto de carreras carismático y un poco desequilibrado. La película no intenta ser profunda; lo que ofrece es un entretenimiento puro y directo, con música pegadiza y un ritmo frenético que te atrapa desde el principio. La química entre Elvis y Ann-Margret es instantánea y convincente. Su relación, que evoluciona desde la rivalidad inicial en el circuito de carreras hasta un romance apasionado, se siente orgánica y creíble, impulsada por el juego de miradas y la energía contagiosa que ambos aportan. Ann-Margret, como Delores, la bailarina del casino, brilla con su talento y personalidad, complementando a la perfección la figura de Elvis. Su interpretación vocal es sólida y su presencia escénica, electrizante.

Sin embargo, el guion, aunque funcional y entretenido, es lo que menos destaca. Se basa en convenciones del género musical clásico, con situaciones predecibles y diálogos a menudo simplistas. No se arriesga demasiado, confinando la historia a un marco bastante limitado. La trama se centra casi exclusivamente en la competencia de carreras y el romance, dejando poco espacio para el desarrollo de personajes secundarios y una exploración más profunda de los temas que plantea la película. No obstante, esto no resta valor a la experiencia de ver la película, ya que el principal atractivo reside en el espectáculo visual y el entretenimiento puro que ofrece. "Cita en Las Vegas" es una película que te invita a suspender la incredulidad y a disfrutar del momento, un escape a una época donde el glamour y el optimismo reinaban. Es un musical que no pretende redefinir el género, pero sí ofrecer una dosis saludable de alegría y un recordatorio de la magia del cine clásico.

Nota: 7/10