Ciudad de mentiras (2018)

“Ciudad de mentiras” (City of Lies) es un thriller criminal tenso y perturbador que, si bien no alcanza la perfección, logra sumergirte en un laberinto de secretos, mentiras y ambiciones corruptas. La película, adaptada del aclamado libro “Labyrinth” de Randall Sullivan, se basa en la investigación del reportero Jack Jackson (Jake Gyllenhaal) sobre los asesinatos de The Notorious B.I.G. y Tupac Shakur, un caso que ha atormentado a la policía de Los Ángeles durante décadas. La premisa, por sí sola, es cautivadora, pero la forma en que el director Martin McDonagh la ejecuta es lo que realmente la distingue.

La dirección de McDonagh es precisa y claustrofóbica. El uso de planos cortos y primeros planos intensifica la sensación de paranoia y desconfianza. No se trata de una película que se dedica a mostrar la acción explosiva, sino que se centra en el proceso mental de Jack, un hombre consumido por la obsesión y la búsqueda de la verdad. La atmósfera es densa, casi opresiva, y el sonido, con una banda sonora inquietante, contribuye a crear una experiencia inmersiva. Gyllenhaal ofrece una actuación sobresaliente, convirtiéndose en un Jack Jackson atormentado, vulnerable y, a la vez, determinado. Su mirada transmite el peso del caso, la frustración y la creciente desesperación a medida que se adentra en un mundo de mentiras.

Sin embargo, el guion, aunque sólido en su planteamiento y sus giros argumentales, a veces se siente un poco precipitado. La trama avanza con rapidez, saltando entre diferentes líneas de investigación y personajes, lo que puede resultar confuso para el espectador ocasional. Aunque la película maneja con maestría la tensión y el suspense, algunos diálogos se sienten un tanto forzados. La complejidad del caso, tal y como se describe en el libro, podría haberse explorado con más profundidad, permitiendo un análisis más exhaustivo de las motivaciones y los intereses en juego. A pesar de estas pequeñas fallas, McDonagh logra mantener al espectador en vilo hasta el final, revelando los secretos de manera escalofriante.

Las interpretaciones de los secundarios, especialmente los de la policía, son convincentes y añaden credibilidad a la narrativa. La película no idealiza a las figuras de autoridad, mostrando una corrupción endémica y un sistema judicial comprometido. Se explora la naturaleza humana en su forma más oscura y las consecuencias devastadoras que puede tener la ambición y el poder. “Ciudad de mentiras” es, en última instancia, una meditación sobre la verdad, la justicia y la fragilidad de la memoria. Es una película que te obliga a cuestionar lo que crees saber y te deja pensando en las historias que permanecen ocultas tras las paredes de la “ciudad de mentiras”.

Nota: 7/10