“Ciudades de papel” es una película que, más allá de su trama aparentemente sencilla, logra generar una atmósfera de inquietud y melancolía que se aferra a la piel del espectador. Charlie Day, como Quentin Jacobsen, ofrece una actuación notablemente sutil y conmovedora, capturando a la perfección la frustración, la admiración y la extrañeza que siente por Margo Roth Spiegelman (Elle Fanning). Day no es un héroe clásico; es un tipo reservado, inseguro, que se ve arrastrado a una aventura que no entiende y que lo desestabiliza profundamente. Su evolución, lenta y gradual, es el corazón de la película, y la interpretación de Day es crucial para que el público conecte con su personaje.
Elle Fanning, por su parte, encarna a Margo con una mezcla perfecta de rebeldía, vulnerabilidad y enigmática indiferencia. Fanning no se limita a imitar la actitud desafiante de una joven rebelde; explora las capas más profundas de su personaje, revelando un dolor subyacente y un deseo de escape. La película se centra en el misterio que rodea a Margo, y Fanning logra transmitir ese aura de evasión y la sensación de que siempre hay algo oculto detrás de su fachada. La relación entre Quentin y Margo es el eje central, y la química entre los dos actores es palpable, aunque a menudo se expresa a través de miradas, silencios y gestos incómodos, lo que refleja la complejidad de sus sentimientos.
El director Cary Joji Fukunaga no se adscribe a un estilo cinematográfico convencional. La película se beneficia de una estética visual que recuerda a las películas de la Nueva Ola, con largos planos secuencia, iluminación natural y un enfoque en la atmósfera. Este estilo, junto con la banda sonora evocadora, contribuye a la sensación de ensueño y a la construcción del misterio. Sin embargo, a veces la deliberada lentitud puede resultar tediosa, y el ritmo de la película puede ser un punto débil para algunos espectadores. El guion, adaptado de la novela de Rachel Bloom, es inteligente y lleno de detalles, pero también puede parecer fragmentado, con conversaciones inconclusas y revelaciones repentinas. La película se basa en la sugerencia más que en la explicación, dejando que el espectador llene los espacios en blanco con su propia interpretación.
“Ciudades de papel” es, en definitiva, una película sobre el amor no correspondido, el misterio y la búsqueda de la identidad. Es una experiencia cinematográfica que invita a la reflexión y que, aunque no sea una película llena de acción o de grandes explosiones, deja una impresión duradera. No es una película para todos los gustos, pero para aquellos que aprecien un cine contemplativo y atmosférico, "Ciudades de papel" es una joya inesperada. La película explora temas complejos de manera sutil, desafiando al espectador a interpretar las motivaciones de sus personajes y la naturaleza de su relación.
Nota: 7/10