“Furia de Titanes” (Wrath of the Titans) es una película que, a pesar de sus evidentes problemas técnicos y algunos elementos narrativos forzados, logra un espectáculo visual innegablemente impactante. La película, una secuela que intentaba capitalizar el éxito de “Los Juegos del Hércules”, se presenta como una aventura épica con la magnitud que uno esperaría de un relato mitológico. Sin embargo, la historia, aunque basada en la rica mitología griega, no siempre lograba mantener el interés con la coherencia y el dramatismo que el tema ameritaba.
Dirigida por Brad Peyton, la película se centra en la lucha de Perseo contra los titanes, seres que han regresado de las profundidades para reclamar su dominio. El guion, por desgracia, se adentra en territorios poco explorados del mito. Si bien la idea de devolver a los titanes a la tierra es atractiva, la ejecución carece de profundidad y profundidad emocional. La trama se siente a menudo apresurada, con momentos de brillantez repentina seguidos de lagunas argumentales que impiden que la película alcance una verdadera resonancia emocional. La relación entre Perseo y su madre Danae, aunque presente, no se desarrolla con la intensidad que se merecía, y las motivaciones de los personajes secundarios a menudo son poco claras.
Las actuaciones son un punto fuerte notable. Jason Momoa entrega una interpretación visceral y carismática como el Rey de los Titanes, Atlas. Su presencia física y su voz imponente contribuyen a crear un antagonista memorable. Liam Neeson, como el dios Poseidón, ofrece una actuación sólida y convincente, aunque su personaje a veces se siente unidimensional. Orlando Bloom, en el papel de Perseo, aunque en un rol de "héroe accidental", logra transmitir una determinación que es crucial para la supervivencia de la humanidad. La química entre Momoa y Neeson, a pesar de la naturaleza adversarial de sus roles, es especialmente efectiva, enriqueciendo la dinámica de la película.
En cuanto a la dirección técnica, “Furia de Titanes” destaca enormemente. Los efectos visuales son, en su gran mayoría, impresionantes. La recreación de la ciudad de Joppa, la batalla en el fondo del mar y la lucha contra los titanes son visualmente deslumbrantes. La película aprovecha al máximo el CGI para ofrecer imágenes grandiosas y espectaculares. Sin embargo, a veces la sobreexposición y la saturación de colores interfieren con la atmósfera de la película, impidiendo que los momentos dramáticos se perciban con la intensidad que merecen.
A pesar de sus fallos, “Furia de Titanes” es un espectáculo visualmente atractivo que ofrece una dosis considerable de acción y aventura. Si bien el guion no es perfecto, la película cumple su promesa de ofrecer una batalla épica contra los titanes, y los efectos especiales son absolutamente impresionantes. Es una película que, a su manera, se disfruta, pero que no deja una huella duradera. Al final, la película es un producto de entretenimiento grandilocuente, pero carente de la profundidad que un tema tan rico como la mitología griega demandaba.
Nota: 6/10