Clerks (1994)

“Clerks” (1994) no es una película para todos los gustos, lo reconozco. Su estética visual cruda, su ritmo frenético y su humor negro a veces incómodo pueden asustar al espectador acostumbrado al blockbuster hollywoodiense. Sin embargo, para aquellos dispuestos a abrazar su peculiaridad, “Clerks” es una joya de la comedia independiente que continúa resonando décadas después de su estreno. La película, dirigida con una audaz naturalidad por Kevin Smith, no busca la perfección técnica o la trama elaborada; en cambio, se centra en la vida cotidiana, en los momentos absurdos y, paradójicamente, en la humanidad que se encuentra en los lugares más inesperados.

El argumento, aparentemente sencillo, es un punto de partida para observar las interacciones entre los dos empleados del tienda de conveniencia “Newark” – Darrel y Randal – que se enfrentan a un día laboral interminable. El tiempo se convierte en un enemigo implacable, interrumpido por clientes excéntricos, averías del equipo, conversaciones triviales y, por supuesto, las constantes interrupciones de su jefe, el somnoliento Leonard. Pero la película no se limita a mostrar el tedio de su trabajo. Smith, a través de un guion brillante y sorprendentemente inteligente, construye personajes memorables, cada uno con sus propias peculiaridades y obsesiones. Desde el inquietante veterano de guerra que se obsesiona con las tortugas ninja, hasta la prostituta con un gusto particular, pasando por el novio nervioso por la boda, la película está repleta de situaciones cómicas que se generan más por el contraste de las situaciones con la gente que pasa que por el diálogo en sí.

La dirección de Smith es magistral en la forma en que utiliza el plano secuencia y el diálogo en off para sumergir al espectador en el entorno de la tienda. No hay grandes planos generales ni espectaculares efectos especiales. La cámara sigue a los personajes con una naturalidad inquietante, casi como si fuera una grabadora. Este estilo narrativo crea una sensación de inmediatez y autenticidad, haciendo que la película se sienta muy realista, como si estuviéramos presenciando la vida real tal y como es, con sus absurdos y sus pequeñas tragedias. El uso de la banda sonora, una mezcla de rock alternativo y canciones de pop, complementa perfectamente la atmósfera de la película, intensificando el humor negro y la sensación de incomodidad.

Las actuaciones de Brian O’Halloran y Kevin Smith son excepcionales. Ambos actores transmiten con autenticidad la desesperación y el aburrimiento de sus personajes. La química entre ellos es palpable, lo que hace que sus interacciones sean especialmente cómicas. Smith, además, realiza un papel secundario notable, demostrando su versatilidad como actor. La película no es un éxito de taquilla, pero ha alcanzado el estatus de clásico dentro del cine independiente. Su influencia se puede ver en numerosas películas que han seguido su ejemplo, demostrando que no es necesario tener una gran producción para crear algo realmente original y memorable. “Clerks” es una película que te hará pensar, te hará reír y te hará cuestionar la rutina de tu propio día a día.

Nota: 8/10