Coche policial (2015)

“Coche Policial” (Gone in Sixty Seconds) es un espectáculo visualmente deslumbrante, un thriller de acción puro que, a pesar de su premisa tremendamente simple, logra mantener la tensión y el interés del espectador a lo largo de sus casi noventa minutos. La película no se preocupa por profundizar en la psicología de sus personajes; se centra, y con éxito, en la adrenalina y el espectáculo que ofrece la persecución vehicular, convirtiéndose en una oda al cine de acción clásico, reviviendo la esencia de películas como “Bullitt” o “The French Connection”, pero con un toque moderno y, seamos honestos, un tanto exagerado.

La dirección de Jan de Bontin es impecable. Con un ritmo vertiginoso, captura la locura y el caos de las persecuciones, utilizando tomas de cámara impresionantes y un montaje frenético que obliga al espectador a respirar el mismo aire que los protagonistas. De Bontin se permite, incluso, un humor negro sutil, que alivia la tensión y ofrece momentos de alivio cómico inesperados. La película no intenta ser realista; sabemos desde el principio que lo que estamos viendo es pura fantasía y, aunque a algunos esto pueda resultar decepcionante, la película se dedica por completo a crear la ilusión de una persecución imposible, y en ese sentido, lo logra brillantemente.

La película se centra en Ray (Ryan Gosling), un experto en “re-tuneo” de coches que se ve obligado a conducir a velocidades imposibles para saldar una deuda de su padre. Gosling ofrece una actuación convincente, mostrando una mezcla de nerviosismo, determinación y un toque de desesperación. Su personaje no es especialmente carismático, lo que le permite centrarse en la tarea que tiene que realizar: sobrevivir. Sin embargo, el verdadero peso del elenco recae en Michelle Monaghan, que interpreta a Sara, una policía que se convierte en una rival inesperada. Monaghan aporta un equilibrio perfecto al personaje, representando una amenaza directa, pero también una necesidad de cooperación para ambos. El resto del elenco, aunque secundarios, está bien integrado y contribuye a la sensación general de caos y urgencia.

El guion, aunque bastante simple, no carece de puntos fuertes. La premisa es atractiva y la idea de un “re-tuneo” de coches con un objetivo tan específico y exigente crea un punto de partida ideal para generar conflicto. El guion se apoya en la acción pura y dura, evitando la necesidad de desarrollar una narrativa compleja. Hay algunos diálogos, por supuesto, pero se utilizan principalmente para impulsar la acción o para establecer las motivaciones de los personajes. El ritmo implacable del guion no permite grandes momentos de reflexión o de desarrollo de personajes, lo que podría considerarse una debilidad, pero también contribuye a la sensación de estar inmerso en la acción.

En definitiva, “Coche Policial” es un entretenimiento puro y directo, ideal para aquellos que buscan una película de acción visualmente impactante y con ritmo vertiginoso. No es una obra maestra cinematográfica, pero sí un espectáculo que cumple con su objetivo: mantener al espectador al borde del asiento hasta el final. Es un homenaje al género y, a su manera, lo eleva un poco por encima de lo que se podría esperar de una película con esta premisa.

Nota: 7/10