Cohen y Tate (1989)

“Cohen y Tate” es, en su esencia, una película que se presenta como un thriller neo-noir con toques de acción y un interesante contrapunto moral. Sin embargo, la ejecución, aunque visualmente atractiva, no logra alcanzar el potencial prometedor que sugiere la premisa. La película se centra en la tensa relación entre dos sicarios profesionales, Cohen (interpretado con una frialdad calculada por Roy Scheider) y Tate (Adam Baldwin), contratados para eliminar a una familia adinerada y a un equipo del FBI que la protegen. La trama, que se desarrolla en un entorno de alta tensión y violencia, no siempre se siente fresca, y recurre a clichés del género.

La dirección de James Fox es competente, manejando bien el ritmo de la historia y creando una atmósfera opresiva. Las escenas de acción, aunque coreografiadas con una precisión notable, se sienten un tanto repetitivas y, en cierto modo, desprovistas de una verdadera sorpresa. La película se basa en la tensión psicológica, y esto se ve recompensado en algunos momentos, especialmente en el desarrollo de la relación entre Cohen y Tate. Este contrapunto entre el veterano, con su código de honor y su meticulosidad, y el joven brutal y sin escrúpulos, establece un interesante conflicto que añade profundidad a la narrativa. Sin embargo, la película a veces se deja llevar por la fórmula, perdiendo así parte de su originalidad.

Las actuaciones son sólidas. Roy Scheider ofrece una interpretación estoica y controlada de Cohen, transmitiendo una profunda sensación de cansancio y reflexión. Adam Baldwin, en el papel de Tate, logra dar vida a un personaje más impulsivo y carismático, aunque su interpretación a veces se siente un tanto simplificada. La química entre los dos actores es palpable, y la evolución de su relación, desde la desconfianza inicial hasta una especie de pacto tácito, es uno de los puntos fuertes de la película. El resto del elenco secundario cumple su cometido, aunque no dejan una impresión particularmente memorable.

El guion, escrito por Frank Silver y William Goldman, presenta una trama sólida, pero carece de un desarrollo profundo en algunos aspectos. El giro argumental, aunque efectivo en el momento, no explota al máximo su potencial. La motivación de los personajes, en particular de la familia Knight, se siente un poco superficial, lo que disminuye el impacto emocional de algunos momentos clave. A pesar de ello, la película mantiene un interés constante gracias a la dinámica entre los dos protagonistas y a la atmósfera de peligro que impregna cada escena. Se intenta explorar temas como la moralidad, la violencia y el coste de la vida, pero la película se queda en la superficie, sin adentrarse realmente en la complejidad de estos temas.

En definitiva, "Cohen y Tate" es una película de acción y suspense que entretiene, pero que no logra destacar como una obra maestra del género. Ofrece un buen entretenimiento, con actuaciones sólidas y una atmósfera tensa, pero su guion, aunque funcional, no explota al máximo su potencial.

Nota: 6.5/10