Cold by Nature (2009)

“Cold by Nature” no es una película que deja al espectador indiferente, ni mucho menos. Se trata de una distopía moderna, envuelta en la atmósfera gélida de una lucha por la justicia animal, que utiliza la amenaza inminente a su núcleo para generar un suspense constante y un sólido mensaje ético. La película, dirigida por Ben Herschkovits, se aleja de la espectacularización habitual del género thriller y se centra en la visceralidad de la misión de los protagonistas y en las consecuencias de sus actos.

Maggie Bofill entrega una actuación extraordinariamente convincente como Caleb Bodine. Su personaje es un joven atormentado, consumido por la indignación ante el sufrimiento animal, y Bofill logra transmitir la intensidad de su convicción y la creciente desesperación al presenciar la crueldad de Chemtech. No se limita a la emoción superficial; Caleb se presenta como un individuo complejo, a la vez idealista y vulnerable, lo que le otorga una mayor profundidad al personaje. La relación entre Caleb y su madre, interpretada con una fragilidad y fortaleza admirable por Amy Aeschliman, es uno de los pilares emocionales de la película, representando un vínculo de amor y compromiso que impulsa la trama.

Brandon Tyler Jones, como Cole, el primo y CEO de Chemtech, ofrece un retrato escalofriamente frío del poder y la ambición desmedida. Cole no es un villano caricaturesco; Jones lo dibuja como un hombre que justifica sus acciones con la lógica del progreso científico, una justificación moralmente cuestionable que, de alguna manera, se siente inquietantemente realista. El guion, escrito por Herschkovits y otros, se vale de una trama tensa y de giros inesperados, manteniendo al espectador al borde del asiento. La dirección es precisa y efectiva, empleando un ritmo pausado que permite construir la atmósfera de paranoia y peligro que impregna la película. La cinematografía, aunque no especialmente innovadora, es adecuada para el tono general de la película, utilizando la luz y la sombra para acentuar el contraste entre la “naturalidad” que defiende Caleb y la frialdad de la investigación. La banda sonora, sutil pero presente, contribuye a mantener la tensión en los momentos clave.

Sin embargo, la película no está exenta de algunos fallos. A veces, la lentitud del ritmo puede resultar un poco excesiva, y algunos diálogos son un tanto artificiosos. No obstante, estos pequeños defectos no impiden que “Cold by Nature” sea una película de suspense bien construida, con un mensaje relevante y un sólido despliegue de actuaciones. Es una película que invita a la reflexión sobre la ética de la investigación científica y la importancia de la compasión. Una película que, a pesar de no alcanzar la grandiosidad de otros thrillers del género, consigue plantar cara a importantes cuestiones morales con un estilo propio y una sensibilidad particular.

Nota: 7/10