Colegas a la fuerza (1991)

“Colegas a la fuerza” (Force of Vengeance) no es una obra maestra cinematográfica, ni tampoco un desastre absoluto. Se trata de un thriller neo-noir que, al final, cumple su cometido de entretener, aunque con algunos tropiezos que impiden que alcance su potencial máximo. La película se centra en la tensa relación entre Nick Lang (un convincente Justin Hartley), un actor de Hollywood con una imagen de estrella infantil que quiere recuperar su prestigio, y John Moss (un John Travolta revitalizado, de hecho, en uno de sus mejores papeles en años), un detective de la policía de Nueva York, pragmático y tremendamente serio. El giro argumental, que implica que Lang debe acompañar a Moss en una investigación, es intrigante y ofrece el combustible necesario para mantener la tensión, pero la ejecución no siempre es la más brillante.

La dirección de Robert Markowitz, aunque competente, carece de una visión particular que le permita a la película destacar. Se apega a la estética del género, con planos que se centran en la luz, las sombras y los rostros, pero sin aportar nada nuevo. Hay una cierta melancolía en la ambientación, que evoca las películas de Walter Hill o incluso algo de "El Halfling", pero sin alcanzar la misma intensidad. El ritmo es irregular, alternando momentos de tensión palpable con secciones más lentas y, a veces, innecesariamente expositivas. La banda sonora, aunque presente, no es especialmente memorable y, en general, contribuye más a la atmósfera que a la emoción del relato.

Sin embargo, la película se sostiene gracias, en gran medida, a sus actuaciones. Justin Hartley ofrece una interpretación sólida como Lang, transmitiendo la desesperación y la ambición de un hombre que se siente atrapado en su propia imagen. Su evolución a lo largo de la trama es creíble y lo vemos luchando contra sus demonios internos. Pero el verdadero punto fuerte es John Travolta. Después de años de papeles menos desafiantes, vuelve a encarnar a un detective curtido por la vida, con una presencia imponente y una química notable con Hartley. Su Travolta es visceral, un personaje que ha visto de todo y que no se intimida fácilmente. El diálogo que comparte con Hartley es brillante, con un toque de humor negro que alivia la tensión.

El guion, escrito por James Fox y Michael Raso, se basa en una premisa interesante, pero a veces se pierde en clichés del género. Hay algunos diálogos prefabricados y situaciones que podrían haber sido más elaboradas. La resolución del misterio principal no es particularmente original, pero sí es satisfactoria. Lo que sí funciona bien es el desarrollo de la relación entre Lang y Moss; vemos cómo, a pesar de sus diferencias, terminan respetándose mutuamente y, en cierto modo, comprendiéndose. Se trata de una dinámica humana que, en un mundo de detectives y asesinos, ofrece un respiro y un elemento de complejidad. En definitiva, "Colegas a la fuerza" es un thriller entretenido que, aunque no rompe con el molde, ofrece un buen rato y unas actuaciones destacadas, especialmente la de Travolta.

Nota: 6/10