Color Out of Space (2019)

“Color Out of Space” no es una película para dejarse llevar por el espectáculo visual, aunque este último es, sin duda, deslumbrante. Nicolas Cage, en su habitual e inconfundible actuación, entrega un retrato de la locura rural, de la erosión gradual de la cordura ante un horror que no se manifiesta en grotescas transformaciones, sino en una distorsión sutil, progresiva y profundamente inquietante. Stanley Kubrick, en sus primeros trabajos, era conocido por su meticulosidad y su visión particular. Este film es, de alguna manera, un eco de ese estilo, con una atmósfera palpable y una sensación constante de inquietud, incluso en los momentos más aparentemente tranquilos.

La dirección de Richard Stanley, a pesar de las controversias que rodearon su participación en el proyecto, es notable. Se aferra con firmeza a la atmósfera lovecraftiana, logrando recrear esa sensación de aislamiento y vulnerabilidad ante lo desconocido. La película no se siente como un simple thriller de ciencia ficción, sino como una exploración de la fragilidad de la realidad y la incapacidad humana para comprender o controlar fuerzas más allá de nuestra comprensión. Stanley juega con la perspectiva y la paleta de colores, creando imágenes que son a la vez hermosas y perturbadoras. La banda sonora, como siempre, es fundamental para generar la atmósfera: minimalista pero efectiva, enfatizando el terror silencioso y la desesperación.

La actuación de Cage es, tal como suele ser, intensa y visceral. Aquí, sin embargo, no se trata de una actuación de "Cage" exagerada, sino de un hombre que observa la destrucción de su mundo familiar con una mezcla de horror y aceptación resignada. Eviza, la esposa interpretada por Matilda Lutz, ofrece una actuación contundente y vulnerable. El resto del reparto, incluyendo a Julian Hilliard como el hijo más joven, también se desenvuelve bien, aunque su papel es relativamente limitado. El guion, basado en la obra de Lovecraft, adapta la historia con una fidelidad respetuosa pero también con una flexibilidad necesaria para modernizarla y adaptarla al cine contemporáneo. Se centra menos en la amenaza directa y más en la lenta disolución de la familia, en la pérdida de la identidad y en la aceptación del inevitable. La película es deliberadamente lenta y reflexiva, permitiendo que el terror se filtre gradualmente en la conciencia del espectador.

Sin embargo, la película no está exenta de fallos. El ritmo pausado puede resultar tedioso para algunos espectadores, y el final, aunque impactante, podría considerarse algo abrupto. Aunque la película mantiene la esencia de la historia de Lovecraft, a veces se pierde la profundidad filosófica y el simbolismo que caracterizan a la obra original. No obstante, "Color Out of Space" es una experiencia visualmente impactante y perturbadora, una película que permanece en la mente mucho después de que los créditos finales hayan terminado de rodar. Es una carta de amor a Lovecraft, un tributo a la locura y al horror cósmico, y una muestra de la visión singular de Richard Stanley.

Nota: 7.5/10