Colossal (2017)

“Colossal” es una película que te golpea con la fuerza de un tsunami emocional, una experiencia cinematográfica peculiar y, a veces, francamente desconcertante. Niki Caro, la directora, se atreve a explorar el concepto de la interconexión a través de la telepatía, no con la grandilocuencia de un blockbuster de ciencia ficción, sino con la delicadeza de un drama introspectivo. La película, protagonizada por un Gabriel Byrne deslumbrante y una Anne Hathaway igualmente excepcional, se centra en Gloria (Hathaway), una mujer en crisis, que regresa a su pueblo natal en Nebraska después de un estruendoso fracaso personal. Sin embargo, su vida cotidiana se ve sacudida cuando, de manera inexplicable, comienza a sentir los efectos de una crisis global: un monstruo gigante emerge en Seúl, y ella es la clave para detenerlo.

La película no busca explicaciones racionales ni respuestas fáciles. Caro opta por un enfoque visual poético y atmosférico, donde la conexión entre Gloria y el monstruo se manifiesta a través de imágenes fragmentadas, sueños oníricos y un tono de desasosiego constante. La dirección es magistral en su capacidad para transmitir la fragilidad emocional de Gloria, mostrando su vulnerabilidad y su lucha por reconstruir su vida. Byrne, como su exmarido, aporta una amargura contenida y un profundo sentimiento de pérdida que complementa la situación de Gloria. La química entre ambos es palpable, y sus interacciones son sutiles pero conmovedoras.

El guion, escrito por Dan Platt y Karl Andrews, es donde la película realmente brilla y, al mismo tiempo, donde podría haber sido más sólida. La premisa de la telepatía intercontinental es intrigante, pero a veces se siente un poco forzada, y la lógica interna de la historia no siempre es consistente. Se requiere un esfuerzo considerable de la parte del espectador para seguir el hilo narrativo, y algunos elementos, como la naturaleza precisa de la conexión entre Gloria y el monstruo, permanecen vagos y abiertos a la interpretación. Sin embargo, la película está llena de momentos de genuina belleza y reflexión sobre la responsabilidad individual y el poder del destino. Las escenas en el interior de la cabeza de Gloria, con la representación visual del monstruo como una fuerza incontrolable, son especialmente impactantes y visualmente memorables.

A pesar de sus algunas inconsistencias, “Colossal” es una película valiente y original que desafía las convenciones del género. No se trata de una película de acción o de efectos especiales espectaculares. Es un drama existencial, una meditación sobre la identidad, la pérdida y el potencial que reside en lo más inesperado. Es una obra cinematográfica que te obliga a pensar y que te deja con una sensación de inquietud y misterio. Es una experiencia que, a pesar de sus imperfecciones, merece ser vista y analizada. Ella consigue, a pesar de todo, ofrecer una visión interesante sobre el poder de la conexión humana, incluso cuando esa conexión es a través de un monstruo gigante devastando Seúl.

Nota: 7/10