“Cometas en el cielo” no es solo una película; es una experiencia emocional intensa y profundamente reflexiva. Marc Foster, conocido por su elegancia visual y capacidad para crear atmósferas evocadoras – como demostró en ‘Descubriendo Nunca Jamás’ – entrega una adaptación de la novela de Mohsin Hamidi que, a pesar de no ser fresca en su premisa, logra alcanzar una resonancia dramática innegable. La película se centra en la compleja amistad entre Amir y Hassan, dos chicos pasados en Afganistán durante los años 80, una época marcada por la turbulencia política y la creciente amenaza del Talibán. La película explora con honestidad las consecuencias del silencio, la lealtad y la traición, utilizando la metáfora de las cometas, que simbolizan el paso del tiempo y la inevitabilidad del destino.
La dirección de Foster es notable por su sensibilidad. Evita caer en sentimentalismos baratos, optando por una estética sobria y melancólica que refleja la desolación del país y la carga emocional que soportan los personajes. La fotografía de Linus Sandgren es exquisita, tejiendo imágenes impresionantes, a menudo con un fuerte uso de la luz natural, que capturan la belleza agreste de Afganistán y la fragilidad de sus habitantes. Sin embargo, la película no se pierde en la mera belleza visual. Foster sabe gestionar el ritmo, permitiendo que las escenas cargadas de diálogo y tensión respiren, dándole espacio al espectador para absorber la profundidad de las relaciones entre los personajes.
Las actuaciones son, sencillamente, excepcionales. Amir, interpretado por Farhad Farsi, transmite con maestría la angustia y el remordimiento de un hombre atormentado por su pasado. Su viaje de redención, y la carga que lleva consigo, se sienten en cada movimiento, en cada mirada. Pero la verdadera fuerza de la película reside en la interpretación de Shahab Nazari como Hassan. Nazari ofrece una actuación llena de matices, logrando comunicar con una sola mirada la lealtad incondicional de su personaje, su vulnerabilidad y, al mismo tiempo, una resignación silenciosa. La dinámica entre ambos actores es el corazón palpitante de la película, un testimonio conmovedor del impacto de la amistad y la responsabilidad moral.
El guion, adaptado de la novela, es inteligente y evita simplificaciones. La película se adentra en temas complejos como la clase social, la corrupción y la impunidad, explorando la ambigüedad moral de sus personajes. No hay héroes o villanos en el sentido tradicional; todos están marcados por sus errores y las circunstancias que les han moldeado. La película plantea interrogantes profundos sobre la justicia, la memoria y la posibilidad de reparación. La tensión acumulativa y el final, aunque puede resultar algo abrupto para algunos, es una elección deliberada que obliga al espectador a reflexionar sobre las consecuencias de las decisiones pasadas. "Cometas en el cielo" es, en última instancia, una película sobre la búsqueda de la redención y la importancia de asumir la responsabilidad por nuestros actos, un tema universal que resuena con fuerza, especialmente en el contexto actual.
Nota: 8/10