Cómo acabar con tu jefe (2011)

“Cómo acabar con tu jefe” es una comedia negra que, lejos de ofrecer un espectáculo de humor desenfrenado, se construye sobre una base de desesperación existencial y una sensación persistente de que todo, incluso la risa, está teñido de un amargo cinismo. La película, dirigida por Jake Kasdan, no se conforma con simplemente mostrar un plan absurdo para eliminar a los jefes; explora la frustración, la alienación y el deseo de romper con un sistema que parece diseñado para la infelicidad. La película funciona mejor cuando se enfoca en la dinámica de los tres protagonistas: Nick, Kurt y Dale, personajes cuyas vidas se han vuelto insoportables bajo la opresión de sus empleos.

Las actuaciones son, en general, sólidas. Jason Sudeikis, como Nick, aporta una vulnerabilidad y una creciente desesperación convincentes, atrapado entre el deseo de actuar y la conciencia de que su propia incompetencia es, en parte, la causa de su malestar. Walton Goggins, en el papel del ex convicto, es simplemente brillante. Goggins logra transmitir una mezcla compleja de carisma, peligro y una genuina (quizás incluso preocupante) empatía con los protagonistas. Su personaje no es un villano caricaturesco, sino un reflejo distorsionado de la desesperación de los demás, un tipo que ha aprendido a sobrevivir en un mundo que considera corrupto. Ray Romano ofrece su habitual y efectivo humor, aunque aquí se ve forzado a un papel que, si bien está bien interpretado, no le permite desplegar su repertorio cómico habitual al máximo.

El guion, en su núcleo, es inteligente, aunque a veces se esfuerza un poco demasiado por ser “subversivo”. El desarrollo del plan para eliminar a los jefes es lo más interesante de la película, un enredo de ideas descabelladas y malinterpretaciones que, a pesar de su inherentemente improbable éxito, se siente sorprendentemente realista en su propia lógica. Sin embargo, el guion a veces se pierde en exceso de diálogos y situaciones cómicas, sacrificando la sutileza por un efecto inmediato. La dirección de Kasdan es competente, evitando la excesiva ornamentación y manteniendo el ritmo de la narración constante, pero la película podría haberse beneficiado de un enfoque más audaz en la exploración de las emociones subyacentes de los personajes.

En definitiva, “Cómo acabar con tu jefe” es una comedia con corazón y con una crítica implícita al sistema laboral. No es una película que te hará reír a carcajadas, pero sí te hará reflexionar sobre la alienación y la búsqueda de significado en un mundo donde el trabajo, a menudo, se siente como una prisión. Es un ejercicio de cinismo inteligente, con actuaciones destacadas y un punto de vista refrescante sobre la incomodidad de la vida moderna. La película se siente como una de esas comedias que, una vez vista, te deja pensando y cuestionando la lógica de tus propias acciones.

Nota: 7/10