Cómo eliminar a su jefe (1980)

“Cómo eliminar a su jefe” (How to Get Away with Murder, si nos metemos en las versiones internacionales) no es solo una comedia negra con toques de thriller, sino una disección sutil y a la vez visceral de la dinámica de poder, la frustración y, sobre todo, la necesidad de ser escuchado dentro de un entorno laboral tóxico. La película, dirigida por Marc Meyers, logra un equilibrio admirable entre el humor negro, la tensión palpable y una inesperada reflexión sobre la soledad y el aislamiento que pueden experimentar las personas que operan detrás de escena.

El guion, escrito principalmente por Shari Herman y Marc Meyers, es donde la película realmente brilla. Evita caer en clichés de la venganza y, en cambio, se centra en las motivaciones complejas de las tres secretarias: Georgia, Shelley y Paula. Cada una de ellas tiene sus propias razones para desear la ruina del jefe, Harold, un hombre autoritario, egocéntrico y absolutamente insensible. La película no ofrece soluciones fáciles o héroes románticos; lo que presenta es una situación incómoda, donde la moralidad se desdibuja y las decisiones se toman por necesidad, no por convicción. El desarrollo de la trama es inteligente, con giros inesperados que mantienen al espectador constantemente alerta, sin recurrir a la violencia gratuita. La construcción de los diálogos es ágil y realista, reflejando la jerga y la dinámica de un despacho de oficinas modernas.

La dirección de Meyers es precisa, utilizando la composición de planos y el montaje para generar la tensión y el humor. Los espacios confinados de la oficina, especialmente la sala de reuniones donde se desarrolla gran parte de la acción, funcionan como un microcosmos de la opresión y el control. Sin embargo, la película se distingue por sus actuaciones. Allison Janney, como Georgia, ofrece una interpretación magistral, mostrando con sutileza la furia contenida y la inteligencia de una mujer que ha sufrido durante años. Jennifer Esposito y Betsy Brandt son igualmente convincentes, dándole vida a las secretarias que, a pesar de su timidez, poseen una determinación férrea. La química entre las tres actrices es fundamental para el éxito de la película, y logran transmitir la complicidad y el apoyo mutuo que les une en su plan.

Más allá del entretenimiento, "Cómo eliminar a su jefe" plantea preguntas relevantes sobre el estraperón, la ética profesional y la búsqueda de la autonomía en un sistema que a menudo deshumaniza a aquellos que le dan forma. No ofrece respuestas fáciles, pero invita a la reflexión sobre las consecuencias de la sumisión y la importancia de la voz individual. La película no es una glorificación de la travesura, sino una cruda representación de las consecuencias de la falta de respeto y la injusticia. Se trata de un film que te deja pensando mucho después de que terminan los créditos, preguntándote cómo te sentirías en su lugar.

Nota: 7/10