Como en casa en ningún sitio (2008)

“Como en casa en ningún sitio” (Home Alone) es, en su esencia, una película que nos recuerda por qué surgió con tanta fuerza la tradición navideña de reuniones familiares. Esta nueva adaptación, aunque intenta modernizarla, se queda, en gran medida, anclada a la nostalgia de la versión original, un tropo que, a veces, puede ser tanto una fortaleza como una debilidad. Y, en este caso, creo que se inclina más hacia lo segundo.

La dirección de John Huddleston es competente, sin pretender revolucionar el género. Se enfoca en mantener el ritmo de la comedia familiar, creando un ambiente cálido y familiar, aunque a veces se siente un poco artificioso. No se le atribuye gran audacia ni toques visuales que destaquen; la película, en su mayoría, se siente como una recreación fiel del original, con sus elementos reconocibles y su énfasis en la acción física de Kevin McCallister (que, para los niños, sigue siendo el protagonista estrella). Sin embargo, la película trata de dar un toque más "adulto" con la historia de Brad y Kate, pero la ejecución resulta un poco plana. Sus conflictos, aunque presentes, no llegan a ser lo suficientemente profundos como para generar una empatía real, y su relación, aunque inicialmente prometedora, se resuelve de una manera algo predecible.

Las actuaciones son, en general, sólidas. Jamie Lee Curtis, como la abuela Nara, es absolutamente estelar, aportando un toque de locura y humor que revitaliza cada escena en la que aparece. Catherine O’Malley, como la madre de Kate, también ofrece una interpretación convincente, transmitiendo la frustración y el cansancio de una mujer que lucha por mantener a sus hijos a flote. Pero, lamentablemente, las interpretaciones de los protagonistas principales, Brad y Kate, son mediocres. No logran transmitir la complejidad de su relación ni la tensión emocional que debería estar presente en la película. Su falta de química es palpable, y dificulta la conexión del espectador con su historia.

El guion, a pesar de sus intentos de actualizar la trama, se basa en gran medida en el formato de comedia familiar de origen. Algunas escenas son hilarantes, gracias en parte al ingenio de Kevin (interpretado por Milo Machado Johnson), pero la historia principal se siente un poco repetitiva y carente de originalidad. Se intenta explorar temas como la importancia de la familia y la aceptación, pero lo hace de una manera superficial y, en algunos momentos, un poco forzada. La mecánica del "desastre navideño" es un recurso ya conocido, y la película no aporta nada nuevo a este planteamiento. Sin embargo, la película sí ofrece momentos de genuina diversión, especialmente cuando se centra en las travesuras de Kevin, que conserva su encanto infantil y su capacidad para crear el caos.

En definitiva, “Como en casa en ningún sitio” es un entretenimiento ligero y familiar que, aunque no alcanza la grandeza de la original, puede ser una opción agradable para una noche de cine en familia. No es una obra maestra, pero ofrece momentos de diversión y nostalgia.

Nota: 6/10