Como humo se va (1978)

“Como humo se va” no es solo una película, es un viaje a la espontaneidad pura y al espíritu desinhibido de la comedia rokera de principios de los 70. Cheech y Chong, dos iconos de la cultura contracultural, nos regalan una experiencia cinematográfica que, si bien ya ha superado décadas, sigue manteniendo una frescura y un encanto innegables. La película, adaptada de su popular programa de televisión, captura la esencia de su estilo de vida: una búsqueda constante de la diversión, la libertad y, por supuesto, el uso de la marihuana, todo ello envuelto en un humor absurdo y tremendamente irreverente.

La dirección de Ralph Lane, aunque sencilla, es efectiva para crear el ambiente descontrolado y caótico que caracteriza a la pareja. No busca grandes elaboraciones visuales, sino que se concentra en el ritmo frenético de las situaciones y en la interacción natural entre Cheech y Chong. Se nota que el director confía en el talento de sus protagonistas, permitiéndoles llevar el guion a su propio compás. Es una dirección pragmática que, en el fondo, celebra la autenticidad y la improvisación, elementos cruciales para el éxito de la pareja.

Las actuaciones de Tommy Chong y Cheech Marin son, sin duda, el corazón de la película. Ambos actores han logrado construir una dinámica inseparable, una química que se traduce en un diálogo natural y hilarante. Sus expresiones faciales, sus movimientos y sus interacciones son un espectáculo por sí solas. Es difícil no soltarse ante sus ocurrencias, sus malentendidos y sus intentos fallidos de llevar a cabo cualquier tarea. La interpretación de Chong como el tipo tranquilo y meditador contrasta de forma perfecta con la energía desbordante de Marin, creando un equilibrio cómico que funciona a la perfección.

El guion, aunque no es particularmente complejo, se basa en situaciones absurdas y diálogos ingeniosos. Las gags son rápidas y sorprendentes, aprovechando al máximo la locura de la premisa. Las peripecias de la pareja, desde intentar alquilar un autobús hasta participar en un concurso de belleza, son tan ridículas que no dejan de ser entretenidas. Sin embargo, la película no se limita a la comedia slapstick. A lo largo de su desarrollo, se insinúan temas como la búsqueda de la identidad, la crítica a la sociedad convencional y la importancia de la amistad. Aunque sutiles, estas reflexiones añaden profundidad a la experiencia cinematográfica.

A pesar de las limitaciones inherentes a un film de comedia de los 70, “Como humo se va” conserva su atractivo y su espíritu original. Es una película que te hace olvidar por un momento las preocupaciones de la vida cotidiana y te invita a disfrutar de la simple alegría de reírte a carcajadas. No es una obra maestra del cine, pero sí un valioso testimonio de una época y de un estilo de humor que, para muchos, sigue siendo inolvidable.

Nota: 7/10