Como perros y gatos: La venganza de Kitty Galore (2010)

“Como perros y gatos: La venganza de Kitty Galore” es una propuesta peculiar que, a pesar de sus ambiciones cómicas, termina siendo una experiencia cinematográfica un tanto decepcionante. La película, que pretende ser una parodia del género espía y una reinterpretación moderna de la eterna rivalidad entre perros y gatos, no logra alcanzar la chispa que necesitaba para destacar, quedando atrapada en un guion previsible y efectos especiales que, en general, no logran impresionar.

La dirección de Roger Gibson, conocido por su trabajo en comedias de bajo presupuesto, se mantiene dentro de los parámetros de un estilo visual un tanto descarado. La estética es deliberadamente kitsch, con una paleta de colores vibrantes y situaciones exageradas que, en principio, podrían resultar divertidas. Sin embargo, la sobreexposición y la falta de sutileza terminan resultando pesadas y repetitivas. El ritmo es errático, alternando momentos de humor forzado con escenas de acción que, en realidad, son más breves que impactantes. Gibson no consigue crear una atmósfera de suspense genuino; la amenaza de Kitty Galore se siente poco convincente debido a una ejecución superficial de sus planes.

La protagonista, interpretada por una notablely enjuta Sharon Stone, aporta una presencia imponente y un carisma innegable al personaje de Kitty Galore. Stone sabe cómo encarnar el arlequín de la venganza, ofreciendo un despliegue de teatralidad que roza lo extravagante. Las actuaciones secundarias, aunque por momentos entretenidas, no alcanzan el mismo nivel. Destaca particularmente la presencia de Bill Murray, que aprovecha al máximo la comicidad de su papel como un personaje secundario, aunque su participación se siente un tanto desaprovechada. La química entre Stone y Murray es funcional, pero no llega a ser especialmente memorable.

El guion, bajo la pluma de diversos autores, carece de originalidad. La premisa -una antigua agente de gatos espías buscando venganza contra los perros- es atractiva al principio, pero se desvanece rápidamente en un cliché de la comedia de acción. Las bromas son predecibles y el desarrollo de la trama, poco inspirado. Se recurre a situaciones inverosímiles y a diálogos forzados que, en lugar de generar risa, terminan resultando irritantes. La película, en su intento de satirizar el género espía, termina cayendo en él, sin aportar nada de nuevo ni significativo. La construcción de la alianza entre gatos y perros también es simplista y carente de matices. Se presenta como un acto de pura conveniencia, sin explorar las complejidades que podrían surgir de una convivencia forzada entre especies rivales.

En resumen, “Como perros y gatos: La venganza de Kitty Galore” es una película entretenida de forma superficial, pero que no ofrece nada más que una experiencia visualmente llamativa y actuaciones exageradas. Su falta de originalidad y su guion predecible la condenan a ser un título olvidable en el género de la comedia de acción.

Nota: 5/10