Cómo pez en el agua (1997)

“Cómo pez en el agua” (How to Steal a Million) es, sin duda, una joya de la comedia británica de los años noventa, una película que, incluso décadas después, conserva un encanto refrescante y un ritmo frenético que invita a la risa a carcajadas. Más que una simple película de gamberos, es un estudio brillante de la ambición, la mentira y, en el fondo, la necesidad de conexión humana, aunque ésta se manifieste a través de la manipulación y el engaño.

La dirección de Cliffhanger, liderada por el veterano director John Woo (conocido por su estamina en escenas de acción), es impecable. Woo demuestra una habilidad para mantener la tensión y la velocidad de la trama sin sacrificar el humor. Las secuencias de robos son particularmente notables, con un sentido del detalle y una puesta en escena que resultan visualmente impactantes y, sobre todo, divertidísimas. No se trata de explosiones gratuitas, sino de un virtuosismo en la planificación y ejecución de los estratagemas de los protagonistas, Henry (Grant Williams) y Eddie (Julian Fellowes). Su estrategia, combinando la habilidad de Henry para el engaño con la ingeniosidad de Eddie en la creación de artilugios, es un motor constante de la trama.

Las actuaciones son, en general, sólidas. Grant Williams y Julian Fellowes encajan a la perfección en los papeles de los estafadores. No se trata de héroes ni de villanos; son personajes imperfectos, con sus motivaciones y sus debilidades. Sin embargo, la verdadera estrella de la película es, indudablemente, Kate Beckinsale. Su interpretación de Simone, la joven que se une al dúo de estafadores, es sutil y cautivadora. Beckinsale no solo aporta un atractivo visual a la película, sino que también consigue transmitir la vulnerabilidad y el conflicto interno de su personaje, lo que añade una capa de profundidad a la trama. Su química con Williams y Fellowes es palpable, elevando las escenas románticas y de tensión a un nivel superior.

El guion, escrito por James Harding y Paul Finlay, es lo que realmente sostiene la película. La historia es original y llena de giros inesperados, manteniendo al espectador enganchado desde el principio hasta el final. Lo que hace que la película sea realmente memorable es su capacidad para mezclar el humor con momentos de genuina emoción. Se te hace reír a mandíbula chiquita en un instante, y de repente te encuentras reflexionando sobre las consecuencias de sus acciones. La trama no se basa en trucos baratos, sino en una lógica interna que, aunque absurda, es creíble. El diálogo es ágil y mordaz, y las situaciones cómicas se generan a partir de la interacción entre los personajes y sus intentos de engañar a los demás. La banda sonora, con hits de bandas británicas como Blur y Pulp, no es solo un acompañamiento, sino un elemento integral de la película, contribuyendo al ambiente desenfadado y vibrante de la historia. En definitiva, “Cómo pez en el agua” es una comedia inteligente y entretenida que merece ser vista y revivida.

Nota: 8/10