Como tú me deseas (1932)

“Como tú me deseas” es una película que, en su apuesta por lo evocador y lo atmosférico, a veces se pierde en la propia ambigüedad. La historia, centrada en la reaparición de Zara (Ana Torrent) en la vida de su marido Bruno (Daniel Brühl), después de años de amnesia, plantea un enigma que se resuelve, o no, con una sutileza que puede resultar tanto fascinante como frustrante. La película no busca respuestas fáciles; se dedica más a la exploración del dolor, la memoria, la identidad y la posibilidad del amor, incluso en las circunstancias más complejas.

La dirección de María Prada es, sin duda, el punto fuerte de la película. Prada, a pesar de la aparente sencillez del formato, logra crear una atmósfera opresiva y cargada de tensión a lo largo de la película. La fotografía, con predominio de tonos grises y azules, contribuye enormemente a este efecto. El uso del espacio, a menudo claustrofóbico y en ambientes de invierno, intensifica la sensación de desconexión y pérdida que experimenta Zara. La película se concentra en la experiencia subjetiva de la protagonista, utilizando planos cerrados y movimientos de cámara lentos para intensificar el viaje interior de Zara. Prada sabe jugar con el tiempo y la percepción, creando momentos de incomodidad y incertidumbre que mantienen al espectador al borde del asiento.

Las actuaciones son, en general, sólidas. Ana Torrent ofrece una interpretación magistral como Zara, transmitiendo a la perfección el dolor y la confusión de una mujer que ha perdido su pasado y que lucha por reconstruirlo. Su mirada, llena de anhelo y temor, es el corazón palpitante de la película. Daniel Brühl, por su parte, interpreta a Bruno con una quietud contenida que sugiere un profundo sufrimiento silencioso. Su personaje no es el típico marido comprensivo o apasionado, sino alguien que parece vivir con la sombra de una tragedia no resuelta. La química entre Torrent y Brühl es palpable, aunque no se basa en el romance tradicional, sino en una conexión profunda y en la comprensión mutua de sus tormentas internas.

El guion, aunque efectivo para establecer el tono y la atmósfera, es donde reside su principal debilidad. A veces, la película se vuelve excesivamente lenta y contemplativa, llegando a un punto en el que la falta de concreción sobre el pasado de Zara se convierte en un obstáculo más que en una herramienta narrativa. El misterio se vuelve casi anacrónico, y aunque se insinúa un pasado traumático, la película no se decide a profundizar lo suficiente. Este elemento de ambigüedad, aunque intencionado, puede decepcionar a aquellos que buscan una historia más lineal y con un desarrollo más claro. La película se centra demasiado en la sugerencia y el "qué pasaría si", dejando a menudo al espectador con más preguntas que respuestas.

A pesar de estas fallas, “Como tú me deseas” es una película que merece la pena ver por su atmósfera, sus actuaciones y la capacidad de generar reflexiones sobre la memoria, el amor y la pérdida. Es una experiencia cinematográfica contemplativa que, si bien no ofrece todas las respuestas, deja una huella duradera en la memoria del espectador.

Nota: 6.5/10