Con todos los honores (2020)

“Con todos los honores” (All the Way) es un melodrama épico, a veces estirado, pero fundamentalmente conmovedor y que sirve como un importante recordatorio del coraje y la humanidad que a menudo se ocultan tras el barniz de la guerra. La película, dirigida por Peter Farrelly, se centra en la improbable historia de William H. Pitsenbarger, un paramédico vietnamita que demostró una valentía extraordinaria al salvar a más de 60 vidas en medio del caos de la batalla. Sin embargo, la película no se limita a relatar un relato heroico; explora también la lucha de Scott Huffman, un oficial del Pentágono, para conseguir que Pitsenbarger reciba el reconocimiento que merecía, un gesto que desafió las rígidas burocracias y los prejuicios de la época.

La dirección de Farrelly es sólida, aunque a veces recae en momentos de sentimentalismo excesivo, especialmente en las escenas que ilustran la experiencia de Pitsenbarger en el frente. La película logra capturar el ambiente claustrofóbico y terrorífico de la guerra, utilizando imágenes impactantes y un sonido envolvente que sumerge al espectador en la situación. El uso del color es particularmente efectivo, empleando tonalidades oscuras y saturadas para evocar la atmósfera opresiva de Vietnam. Sin embargo, la película no se pierde en la nostalgia ni en la glorificación de la guerra; se centra en la complejidad moral de las decisiones tomadas en tiempos de conflicto.

La actuación de Sebastian Stan como Scott Huffman es, sin duda, el punto álgido de la película. Stan logra transmitir la ambición, la duda y la convicción moral de Huffman de una manera increíblemente convincente. Su personaje no es simplemente un burócrata, sino un hombre con una brújula moral que se debate entre el cumplimiento de las normas y la necesidad de hacer lo correcto. Alrededor de él, el elenco secundario, encabezado por Tom Hanks en un rol relativamente breve pero poderoso como el Presidente Lyndon B. Johnson, ofrece interpretaciones sólidas y convincentes. Hanks, en particular, aporta una autenticidad que enmarca la historia en su contexto político y social.

El guion, adaptado de la no ficción de Michael Collins, es inteligente y bien estructurado, aunque la trama se alarga un poco en algunos momentos. La película se beneficia de un ritmo pausado que permite desarrollar los personajes y explorar las complejidades de la historia. La investigación de Huffman, con sus obstáculos burocráticos, sus enfrentamientos con sus superiores y su lucha personal, es la columna vertebral narrativa de la película. La película, en última instancia, no solo narra un acto de valentía individual, sino que también plantea preguntas importantes sobre la justicia, el reconocimiento y la memoria. Es una historia sobre el poder de la perseverancia y la importancia de no olvidar a aquellos que sacrificaron sus vidas en la guerra, incluso si el camino hacia el reconocimiento fue largo y arduo. La película no idealiza el proceso, mostrando las barreras administrativas y la inercia del sistema, lo que añade profundidad a la narrativa.

Nota: 8/10