Condenados a fugarse (1999)

“Condenados a Fugarse” (Run for Your Life, 1966) no es una obra maestra cinematográfica, pero sí una divertidísima película de suspense y comedia que, a pesar de sus limitaciones técnicas, consigue arrancar una sonrisa y mantener al espectador entretenido durante su duración. La película, ambientada en la desolación económica de la Gran Depresión en Nueva York, explora la desesperación y la corrupción de una manera sorprendentemente efectiva, utilizando el género del thriller noir como vehículo para la sátira social.

La dirección de Gordon Mollner es funcional, cumpliendo su cometido principal: crear un ambiente de tensión contenida y de peligro inminente. No se intenta la grandilocuencia visual, y esto, en realidad, le sienta bien a la película. Mollner se centra en la construcción de la atmósfera y en el ritmo, acelerando y ralentizando la narrativa de forma inteligente para mantener la expectación. Sin embargo, la película podría haber partido de una estética más cuidada en lo que respecta a la fotografía y el diseño de producción, buscando un mayor impacto visual en un periodo histórico tan relevante como la crisis de 1932.

Las actuaciones son sobresalientes. James Garner, en el papel de Ray Gibson, es magistral. Su interpretación es sutil y matizada, capturando la desesperación y la ambición de un hombre al borde del abismo. Garner transmite la fragilidad y la vulnerabilidad de Ray, lo que lo convierte en un personaje con el que el espectador puede empatizar a pesar de sus actos. Gene Barry, como el jefe del club Spanky, ofrece una interpretación igualmente convincente, interpretando un personaje amenazante y complejo. La química entre Garner y Barry es fundamental para el éxito del enredo y el humor que caracteriza la película.

El guion, adaptado de la obra de teatro de Avery Burroughs, es lo más destacado de la película. El diálogo es rápido y ingenioso, repleto de situaciones cómicas que equilibran la tensión del thriller. El guion no rehúye la crítica social, mostrando la corrupción y la impunidad que reinaban en la sociedad de la época. Además, la trama está construida de forma inteligente, con giros inesperados y un final que sorprende al espectador. Aunque la premisa básica es simple, el guion hace que la historia sea lo más dinámica y divertida posible. No es un guion revolucionario, pero sí muy bien ejecutado para su género.

En definitiva, “Condenados a Fugarse” es una película entretenida y de ritmo ágil que, a pesar de no ser una obra maestra del cine, merece la pena ser vista por sus actuaciones, su guion ingenioso y su ambientación en una época histórica crucial. Es un thriller noir con un toque de comedia que consigue entretener y hacer reflexionar al espectador. No la catalogaría como un clásico, pero sí como una película agradable y bien hecha.

Nota: 7/10