Conexión en Florida (1986)

“Conexión en Florida” es, en esencia, una película de intriga y drama que se construye sobre un núcleo de deseo y remordimiento. La trama, aunque no ajena a los clichés del género, funciona sorprendentemente bien gracias a la atmósfera densa y a la meticulosa dirección de Michel Vecera. Vecera, conocido por su trabajo en thrillers como "El arte de la fuga", consigue crear un ambiente de tensión palpable, una sensación constante de que algo está a punto de explotar. La película no se apresura a revelar sus cartas, optando por un ritmo deliberado que permite al espectador absorber la desesperación y la ambición de sus protagonistas.

Las actuaciones son, en general, sólidas. Andrés Paredes, como Carlos, ofrece una interpretación convincente, transmitiendo la complejidad de un hombre marcado por la cárcel y la culpa. Su Carlos es un personaje atormentado, atrapado entre la necesidad de redención y la sed de recuperar su fortuna. La química entre Paredes y Lucía Herrera (interpretando a Carmen) es uno de los puntos fuertes de la película. No es un romance convencional, sino una conexión visceral, casi animal, que se basa en la vulnerabilidad y el riesgo. Herrera, en un papel que parece haber sido escrito específicamente para ella, aporta una fuerza y una determinación que equilibran la fragilidad de Carlos. Aunque algunos diálogos pueden resultar un poco artificiales, la intensidad de las actuaciones compensa, sin duda, estas fallas.

El guion, sin embargo, es donde la película tiene sus mayores vacilaciones. A pesar de la buena premisa y el sólido desarrollo de personajes, la trama se vuelve un poco compleja en la segunda mitad, introduciendo elementos de thriller político que parecen añadidos forzados. La justificación de la operación, la red de contactos y los entrelazamientos con el mundo del narcotráfico se presentan de forma un tanto apresurada, desatendiendo, en parte, la psicología de los personajes. La película no se atreve a profundizar en las consecuencias morales de las acciones de Carlos, concentrándose más en la ejecución de la trama. Si bien el suspense es constante, la película podría haber beneficiado de una exploración más profunda de los dilemas éticos que plantea.

A pesar de estas debilidades, “Conexión en Florida” es una película entretenida y visualmente atractiva. La fotografía de Javier Angulo, con sus tonalidades grises y su uso del color para resaltar momentos clave, contribuye significativamente a la atmósfera inquietante de la película. La banda sonora, minimalista pero efectiva, acentúa la tensión y el dramatismo de las escenas. El metraje, a pesar de ser un thriller de acción, consigue una cierta distancia emocional que permite al espectador reflexionar sobre los límites de la ambición y la búsqueda de la redención. No es una obra maestra, pero sí una película recomendable para aquellos que disfrutan de thrillers de intriga con personajes complejos y un buen ritmo.

Nota: 7/10