Conexión Mortal (2016)

“Conexión Mortal” no es simplemente una película de terror; es un inquietante estudio sobre la dependencia tecnológica, el aislamiento y la fragilidad de la realidad en un mundo cada vez más conectado. Basada en la novela homónima de Stephen King, y con la participación del propio autor en la adaptación, la película, dirigida por Jacob Tiernan, logra transportar al espectador a un ambiente de creciente paranoia y horror visceral, aunque con algunas inconsistencias que restan brillo a la experiencia.

La película se centra en Clayton Riddell, interpretado con una sobriedad admirable por Nicolas Holt. Holt logra transmitir la desolación y la creciente desesperación del protagonista, un escritor que se encuentra en un momento de reevaluación personal tras el éxito de su última obra. Su viaje a Boston para una presentación no es un simple evento social, sino la encarnación de una burbuja que, de repente, se rompe, desatando un cataclismo silencioso y aterrador. La dinámica entre el protagonista y su familia, especialmente la relación con su hija, es el corazón de la película y se presenta con una autenticidad que añade peso emocional a la trama. Sin embargo, el guion se distrae en momentos, introduciendo elementos que, aunque conceptualmente interesantes, no se integran plenamente en la narrativa principal. La explicación de la plaga, impulsada por una señal móvil que transforma a la gente en depredadores, se siente algo apresurada y, en última instancia, un poco simplista.

La dirección visual de Tiernan es efectiva, empleando una paleta de colores apagados y una iluminación sombría que contribuye a crear una atmósfera de tensión constante. Los efectos especiales, cruciales para un género como el terror, son generalmente convincentes, aunque algunos momentos se ven ligeramente artificiales. Lo que realmente distingue a "Conexión Mortal" es su enfoque en el horror psicológico. La película no se basa en sustos repentinos, sino en el lento desmoronamiento de la realidad y la creciente sensación de peligro inminente. El sonido juega un papel fundamental, con un diseño sonoro que es inquietante y perturbador, amplificando la atmósfera de terror.

A pesar de las carencias argumentales que mencioné, la película logra mantener al espectador enganchado hasta el final. La interpretación de Holt es sólida y las actuaciones de los miembros de su familia, especialmente la de la joven actriz que interpreta a su hija, son genuinas y convincentes. La película plantea preguntas relevantes sobre la naturaleza de la conexión humana en la era digital y la forma en que nuestra dependencia de la tecnología puede erosionar nuestra percepción de la realidad. No es una obra maestra del terror, pero sí una experiencia inquietante y reflexiva que te hará cuestionar la seguridad de tu propio mundo.

Nota: 7/10