Connie y Carla (2004)

“Connie y Carla” es una comedia con tintes de thriller que, aunque ofrece momentos divertidos y un desarrollo argumental sorprendente, no alcanza la altura de las obras maestras de Nia Vardalos o Toni Collette. La premisa, la de dos cantantes de teatro que se convierten en drag queens para evadir una amenaza mafiosa, es intrínsecamente interesante y merece un buen desarrollo. Sin embargo, la película se siente a veces un tanto apresurada, como si intentara abarcar demasiadas ideas y subgéneros en un tiempo demasiado corto.

La dirección de Marc Meyers es competente pero predecible. Se centra en crear una atmósfera de comedia física, con situaciones visuales cómicas que a veces funcionan muy bien y otras, resultan forzadas. El ritmo es acelerado y, aunque se busca generar suspense a lo largo de la película, el elemento de thriller se siente más como un aderezo que una parte fundamental de la historia. Meyers no se atreve a profundizar en las motivaciones de los personajes o en el impacto psicológico del evento que los obliga a cambiar de vida. La banda sonora, con canciones populares de los 80, es un guiño nostálgico que, si bien contribuye al ambiente, también puede resultar un poco exagerada.

Las actuaciones son el punto fuerte de la película. Nia Vardalos y Toni Collette logran conectar con el espectador gracias a su química y a sus expresiones. Vardalos, como Connie, aporta un humor más cercano y accesible, mientras que Collette se desvive por interpretar la vulnerabilidad y el encanto de Carla. Ambos se desenvuelven con soltura en los diálogos rápidos y las situaciones absurdas, incluso cuando el guion no les da mucho margen para la improvisación. Toni Collette, en particular, ofrece una actuación memorable, demostrando su versatilidad y su capacidad para interpretar personajes complejos. La incorporación de David Duchovny, aunque un poco caricaturesca, añade una dosis de encanto romántico a la trama.

El guion, a pesar de sus intentos de combinar comedia y thriller, carece de la profundidad y el ingenio que se esperan de un proyecto con protagonistas tan talentosas. La trama se complica de forma artificial y las motivaciones de los personajes secundarios son poco claras. La inclusión de la estética drag y la industria de la cosmética, aunque presente, no está bien integrada en la historia y a veces parece un añadido gratuito. Sin embargo, hay momentos genuinos de humor y algunos diálogos que logran destacar, especialmente aquellos en los que se juega con los estereotipos femeninos y las expectativas sociales. En definitiva, “Connie y Carla” es una película entretenida, pero que no llega a cumplir su potencial. Ofrece entretenimiento ligero y un buen rato en el cine, pero carece de la sustancia que la convertiría en una joya cinematográfica.

Nota: 6/10