Constantine (2005)

James Mangold’s ‘Constantine’ (2005) no es una película que fácil se olvida, y con razón. A pesar de las críticas iniciales que la acribaron, la cinta se erige como una obra de fantasía urbana innegablemente interesante, que, en retrospectiva, merece un reconocimiento más amplio. La película, que relata el regreso del oracular John Constantine, interpretado magistralmente por Keanu Reeves, se sumerge en un mundo subterráneo oculto a la vista, donde ángeles y demonios se disfrazan entre nosotros. Mangold consigue construir un universo de sombras y ambigüedades, una Los Ángeles no solo con sus problemas cotidianos, sino con una capa adicional de horror y peligro latente. La dirección es competente, utilizando una paleta de colores saturada y una cinematografía que refleja el tono oscuro y visceral de la historia. Se observa un cuidadoso trabajo en la ambientación de los escenarios infernales, aunque a veces con un cierto exceso en el diseño de producción, que puede resultar un poco artificial.

Keanu Reeves, a menudo relegado a papeles de acción, demuestra una sorprendente versatilidad en el papel de Constantine. Su actuación es sutil pero impactante. Constantine no es un héroe tradicional; es un hombre cínico, consumido por la culpa y la desesperación. Reeves transmite perfectamente esa fragilidad y esa dureza, mostrando un personaje que ha visto demasiado y que lucha constantemente contra sus propios demonios. Su interacción con Sienna Miller, interpretada de forma convincente como la escéptica detective Lorraine, es el corazón emocional de la película. La química entre ambos es palpable, y su viaje compartido de descubrimiento y confrontación es el motor de la trama. Miller aporta una contrapunto realista al personaje de Lorraine, ofreciendo una perspectiva tangible a la cruda realidad de la situación.

El guion, adaptado de los cómics de Alan Moore, no es perfecto, y algunas decisiones narrativas pueden parecer forzadas. Sin embargo, la película logra captar la esencia de los personajes y la complejidad del mundo de los ángeles y los demonios. La trama principal, centrada en la muerte de la hermana de Lorraine, sirve como vehículo para explorar la naturaleza del bien y del mal, la fe y la duda, y la lucha individual contra las fuerzas oscuras. La película también se atreve a cuestionar la moralidad, presentando personajes ambiguos que actúan en consecuencia con sus propias creencias y motivaciones. El tema central de la búsqueda de la redención, y la necesidad de enfrentarse a los propios pecados, resuena particularmente bien.

A pesar de sus defectos, ‘Constantine’ es una película que invita a la reflexión y que ofrece una experiencia cinematográfica memorable. Su atmósfera, sus actuaciones y su enfoque en la exploración de temas complejos la convierten en una joya oculta del cine de fantasía urbana. La película no trata de responder preguntas fáciles, sino que les deja al espectador para que las cuestione por sí mismo, lo que la hace especialmente interesante una vez que se ha superado el primer impacto inicial.

Nota: 7/10