Contact (1997)

‘Contact’ (1997) no es, precisamente, un espectáculo visualmente impactante. Sus efectos especiales, incluso para la época, se ven ahora algo anticuados, y el diseño de producción, aunque funcional, no busca llamar la atención. Sin embargo, esta película de Carl Sagan, y dirigida magistralmente por Robert Zemeckis, se alza como una experiencia cinematográfica mucho más profunda y significativa, un estudio conmovedor sobre la fe, la ciencia y la búsqueda de lo desconocido. Zemeckis logra, a pesar de las limitaciones técnicas, crear una atmósfera de asombro y tensión que te atrapa desde los primeros minutos.

La película se centra en Eleanor Arroway (Jerry Lewis, en una de sus actuaciones más subestimadas), una astrofísica que, atormentada por la pérdida de sus padres y la disolución de su fe, dedica su vida a la búsqueda de señales extraterrestres. Lewis, inicialmente percibido como un actor de comedia, ofrece una interpretación sutil y excepcionalmente madura. Su Eleanor es vulnerable, inteligente y, sobre todo, profundamente humana. Su viaje personal, entrelazado con la búsqueda científica, es lo que realmente impulsa la narrativa. La actuación de Jodie Foster como Ellie, la joven científica enviada al centro de control, es igualmente convincente, aportando un toque de rebeldía y determinación.

El guion, adaptado de la novela de Carl Sagan, no se limita a la simple hipótesis de la existencia de extraterrestres. Sagan, a través de la película, explora las implicaciones filosóficas y teológicas de un contacto alienígena. No se ofrece una respuesta fácil o una solución mágica; en cambio, plantea preguntas fundamentales sobre el significado de la vida, la responsabilidad y la naturaleza de la conciencia. El diálogo, aunque a veces un tanto expositivo, está impregnado de una inteligencia palpable. La película se esfuerza por presentar el debate científico con honestidad y rigor, evitando simplificaciones o sensacionalismos. El desarrollo del encuentro es ingenioso y, aunque previsible en algunos aspectos, mantiene el suspense y el componente emocional. La secuencia final, centrada en la experiencia sensorial y la conexión con los extraterrestres, es particularmente memorable, evocando una sensación de asombro y humildad.

Si bien la película a veces se muestra un poco lenta y depende demasiado de la figura de Carl Sagan, en cuyas notas a pie de página se percibe la influencia, la dirección de Zemeckis y su habilidad para construir una atmósfera de misterio y esperanza la convierten en una película que perdura mucho más allá de los efectos visuales. ‘Contact’ es un recordatorio de la grandeza del universo y de la insignificancia relativa de nuestro propio planeta. Es una invitación a mantener viva la llama de la curiosidad y a cuestionar las convenciones. Una obra que, a pesar de sus años, sigue siendo una reflexión pertinente sobre la condición humana y nuestro lugar en el cosmos.

Nota: 8/10