Contagio (2011)

“Contagio” es, sin duda alguna, una película que ha resistido el paso del tiempo con sorprendente solidez. Lanzada en 2011, no solo se mantuvo relevante en un momento de gran preocupación por las pandemias, sino que, incluso hoy en día, sigue generando debate y discusión. La película, dirigida por Steven Soderbergh, se aleja deliberadamente de los clichés del género zombie y se centra en la crudeza y la lógica de la propagación de una enfermedad a nivel global. No es un espectáculo visualmente impactante; Soderbergh opta por un realismo visceral que se traduce en un tono sombrío y, a menudo, inquietante.

La premisa, que se desenvuelve con notable contención, es fundamental para el éxito de la película. Un joven estadounidense, viajando a Hong Kong para una entrevista de trabajo, queda expuesto al virus y, a partir de ahí, el virus se extiende a una velocidad alarmante. Lo que distingue a “Contagio” es su enfoque en la lógica de la enfermedad, un elemento crucial en la película. Se presenta una explicación plausible, basada en la virología y las posibilidades de propagación. La película no se centra en la acción frenética, sino en las consecuencias sociales y políticas de la pandemia. La tensión no proviene de persecuciones o explosiones, sino de la incertidumbre, el miedo a la infección y el potencial colapso de la civilización. La narrativa se despliega a través de múltiples perspectivas, conectando a personajes que, sin saberlo, están conectados entre sí a través del contagio. Este recurso permite construir un retrato completo y multifacético de la situación global.

Las actuaciones son sobresalientes en todo el espectro. Matt Damon ofrece una interpretación sutil y matizada como un periodista que intenta entender la verdad detrás de la enfermedad. Zoe Saldana, en el papel de una doctora que lucha contra el virus en un hospital, irradia una fuerza y un coraje inquebrantables. Bryan Cranston, como un político que intenta mantener el orden, entrega una actuación inquietantemente convincente, mostrando la fragilidad de la autoridad frente a una amenaza desconocida. La química entre los actores es palpable y contribuye enormemente a la credibilidad de la historia. No hay personajes carismáticos o heroicos; son personas comunes enfrentando circunstancias extraordinarias, lo que aumenta la resonancia emocional de la película.

Soderbergh demuestra una maestría en la dirección, manejando el ritmo con delicadeza. Evita el melodrama y se centra en los detalles que hacen que la historia sea creíble. La película no ofrece respuestas fáciles, sino que plantea preguntas difíciles sobre la naturaleza humana, la responsabilidad y las consecuencias de nuestras acciones. La banda sonora, discreta y evocadora, complementa a la perfección la atmósfera de tensión y desesperación. “Contagio” es una película que te obliga a pensar, a reflexionar y a cuestionar tus propias prioridades. Es un thriller inteligente y bien ejecutado que, más allá del factor de miedo, plantea una reflexión importante sobre el futuro de la humanidad.

Nota: 8/10