Contra las cuerdas (2004)

“Contra las cuerdas” (Against the Odds) es un relato deportivo que, aunque no rompe moldes con su narrativa, logra un impacto emotivo que se ancla en la autenticidad de sus personajes y la honestidad de sus motivaciones. La película, a pesar de sus elementos ya vistos en el género, se distingue por la historia de Jackie Kallen (Meg Ryan), una mujer que desafía las expectativas sociales para dejar su huella en el mundo del boxeo, no solo como púgil, sino como gestora y mentora. Ryan, como siempre, ofrece una actuación sólida y convincente, transmitiendo la determinación y la vulnerabilidad de su personaje con una naturalidad que disipa cualquier intento de artificio. Su interpretación es el corazón de la película, y su evolución a lo largo de la trama es particularmente satisfactoria.

La dirección de John G. Matthews es competente, aunque carece de un estilo particular que la haga memorable. La película se centra en la relación entre Jackie y Luther (Tim Blake Nelson), un joven con problemas y un pasado turbulento, que Jackie decide entrenar y ayudar a canalizar su energía a través del boxeo. Esta dinámica entre mentor y discípulo es el núcleo principal de la historia y se desarrolla con una gran sensibilidad, mostrando la importancia de la paciencia, la confianza y el apoyo en la transformación de un individuo. La película no se adentra en los aspectos más técnicos del deporte, sino que se enfoca en la fuerza interior de los personajes y en la superación de sus propios obstáculos. Si bien esto podría resultar limitante para los aficionados al boxeo puramente deportivo, contribuye a la profundización del tema central: el coraje de perseguir los sueños, incluso cuando parecen inalcanzables.

El guion, escrito por John G. Matthews y David Guggenheim, es funcional, pero a veces resulta un tanto predecible. Se evitan los clichés del género, centrándose en la complejidad de las relaciones humanas y en la lucha por la autoestima y la redención. Sin embargo, la película no se pierde en sentimentalismos baratos, manteniendo un equilibrio entre el drama y la acción. La trama, aunque con ciertos giros argumentales predecibles, logra mantener al espectador enganchado, gracias en parte a la fuerza emocional de sus personajes y a la intensidad de las escenas de entrenamiento. Se observa una reflexión genuina sobre las dificultades de la vida, la importancia de la familia y la perseverancia.

La banda sonora, con canciones de rock y blues, complementa a la perfección la atmósfera de la película, acentuando las emociones y contribuyendo a crear un ambiente de tensión y expectación. Las secuencias de boxeo, aunque no excesivamente coreografiadas, son dinámicas y visualmente atractivas, mostrando la fuerza y la habilidad de los púgiles. En definitiva, "Contra las cuerdas" es una película recomendable para aquellos que buscan un drama deportivo con una dimensión humana y emocional. No es una obra maestra cinematográfica, pero ofrece una historia inspiradora y un entretenimiento sólido.

Nota: 7/10