Contrarreloj (2012)

“Contrarreloj” (Time Lapse) es una película que, a primera vista, parece una de esas historias de acción predecibles que se salen de la mancha en el mercado, un intento más de explotar el cliché del thriller de persecución con un toque de drama familiar. Sin embargo, y a pesar de algunos defectos técnicos, la película resulta ser sorprendentemente efectiva, gracias a la dirección dinámica de Gil Penaldo y, sobre todo, a la entrega apasionada de Nicolas Cage, que le otorga una profundidad inesperada a un personaje que podría haber permanecido plano y unidimensional.

La dirección de Penaldo se destaca por su ritmo frenético, que refleja la urgencia de la trama. Las secuencias de persecución son sólidas, aunque, en ocasiones, la excesiva dependencia de efectos especiales resulta un poco ostentosa y, a veces, resta credibilidad a las acciones. No obstante, la paleta de colores, con un uso prominente del blanco y negro que evoca los reportajes de guerra, proporciona una atmósfera visualmente impactante y coherente con el tono de la historia. Penaldo sabe cómo mantener la tensión a lo largo de toda la película, empleando flashbacks y montaje rápido para alternar entre el presente, la resolución de la trama actual y el pasado de Will, enriqueciendo así el relato y dándole una mayor dimensión emocional.

Nicolas Cage, por su parte, ofrece una actuación magistral. Demuestra una gran versatilidad, pasando con facilidad de la desesperación y el arrepentimiento a la astucia y la determinación. Su personaje, Will Montgomery, es un hombre roto por sus errores, atormentado por la pérdida de su hija y consumido por el deseo de redención. Cage logra transmitir esa complejidad, mostrando tanto la vulnerabilidad como la capacidad de enfrentarse a situaciones extremas. El resto del reparto, aunque menos llamativo, cumple su función: Malin Akerman aporta una ternura y fragilidad a Riley, mientras que Josh Lucas interpreta a Vincent con una frialdad inquietante. Sin embargo, algunos personajes secundarios resultan un tanto planos, contribuyendo a un cierto nivel de artificio en el guion.

El guion, en general, es sólido y presenta algunos giros sorprendentes, aunque también incurre en ciertos clichés propios del género. El ritmo rápido puede resultar un tanto abrumador en algunos momentos, y la resolución final, aunque satisfactoria, podría haber sido más elaborada. A pesar de estos pequeños defectos, la película consigue mantener el interés del espectador gracias a la historia intrigante, las buenas actuaciones y la constante sensación de que el tiempo se acaba. La exploración del vínculo padre-hija, aunque no exhaustiva, aporta una capa emocional importante a la trama de acción y suspense. El tema central de la redención y la búsqueda de un segundo aire es universal y, en definitiva, el atractivo fundamental de la película.

Nota: 7/10