Copying Beethoven (2006)

“Copying Beethoven” no es un melodrama grandilocuente ni un biopic tradicional sobre el genial Ludwig van Beethoven. Es, en cambio, una película sutilmente hermosa que explora la conexión humana, la perseverancia y la búsqueda de la creatividad a través de una premisa aparentemente sencilla: una joven compositora anónima, Anna Holtz, que consigue trabajo como copista musical en la corte vienesa, al lado del propio Beethoven. La película, dirigida con una delicadeza inusual para un tema tan desafiante, se centra en el proceso de aprendizaje mutuo y la amistad inesperada que surge entre ambas figuras.

La dirección de Andrew Houston es notable por su estilo visual cuidadosamente calibrado. Se evita la exuberancia barroca que a menudo se asocia con la música clásica, optando por una paleta de colores apagados, iluminación suave y una atmósfera de intimidad que refleja la relación entre Anna y Beethoven. La película se beneficia de la exquisita fotografía de Benoît Jezeau, quien utiliza la luz y la sombra para evocar el espíritu de la época y las emociones de los personajes. Houston evita caer en clichés y se enfoca en la experiencia sensorial de la película, capturando la riqueza de los detalles, como el sonido de las teclas de piano y el movimiento de las manos de los músicos.

El corazón de la película reside en las actuaciones de Edéa Young como Anna y Dustin Hoffman como Beethoven. Young ofrece una interpretación convincente de una joven llena de talento, ambición y vulnerabilidad. No se la presenta como una aspirante idealizada, sino como una mujer real, con dudas, frustraciones y una profunda sed de conocimiento. Hoffman, en su papel de Beethoven, ha tenido una carrera prolífica interpretando a compositores, pero aquí ofrece una lectura particularmente notable, dotando al maestro ciego de una energía y una vitalidad sorprendentes. Su relación con Anna no se construye sobre la superioridad o la inferioridad, sino sobre un respeto mutuo y la admiración por la creatividad del otro.

Si bien la premisa podría considerarse un tanto inverosímil, el guion, adaptado de la novela homónima de Joan Bakewell, se centra en la esencia de la relación. Se evita la necesidad de explicaciones y se permite que la conexión entre los personajes evolucione de manera orgánica. La película no se detiene en detalles biográficos de Beethoven, sino que se concentra en la dinámica entre los dos personajes. El guion, en general, es inteligente, pero a veces un tanto lento, priorizando la atmósfera y el desarrollo de la relación sobre el drama explosivo. El ritmo pausado, aunque puede no agradar a todos los espectadores, permite una inmersión profunda en el mundo emocional de los personajes.

En última instancia, “Copying Beethoven” es una película conmovedora sobre la búsqueda de la inspiración, la importancia del aprendizaje y la conexión humana que trasciende la edad y la condición. Es un recordatorio de que la creatividad puede surgir de los lugares más inesperados y que, a veces, lo que realmente importa no es el destino final, sino el viaje mismo.

Nota: 7/10