Corazonada (1982)

“Corazonada” es un ejercicio interesante en la comedia romántica, una película que, si bien no logra un impacto duradero, ofrece un matiz de originalidad y un aire nostálgico que la distinguen de las producciones más convencionales del género. La dirección de William Richer se centra en la atmósfera, buscando transmitir la sensación de una ciudad que vive y respira, y, en particular, el frenesí de Las Vegas. El uso del color y la iluminación contribuyen a crear una atmósfera vibrante, casi surrealista, que refleja la naturaleza artificial y a la vez, excitante de la ciudad. Sin embargo, la dirección no siempre logra un ritmo equilibrado; algunos momentos se alargan innecesariamente, ralentizando el desarrollo de la trama principal.

Las actuaciones son, sin duda, uno de los puntos fuertes de la película. Raúl Juliá, en un papel que le sienta como anillo al dedo, ofrece una interpretación encantadora y sutil del camarero pianista, un hombre con una melancolía palpable. Su caracterización es magistral: la elegancia con la que se mueve, su voz pausada y su mirada, transmiten una vulnerabilidad que atrae al espectador. Teri Garr, por su parte, interpreta a una mujer en proceso de redefinirse tras el divorcio, y su actuación es honesta y conmovedora. La química entre Garr y Juliá es natural y creíble, formando el núcleo emocional de la película. Aunque Kinski, como la artista de circo, no llega a desarrollar una profundidad tan grande como los otros dos protagonistas, su presencia es elegante y contribuye al contraste visual y emocional de la historia. El elenco secundario, con actores como Frederic Forrest, complementa la trama con diálogos ingeniosos y situaciones cómicas.

El guion de Robert Martin no es una obra maestra, ni tampoco un desastre. Presenta un planteamiento interesante: dos relaciones en crisis, entrelazadas por el azar. Sin embargo, el desarrollo de la trama es algo torpe en ocasiones, con giros argumentales que resultan predecibles y un final que, si bien intenta ser sentimental, no consigue generar una gran emoción. A pesar del ritmo desigual y las ideas a veces poco desarrolladas, el guion sí que se atreve a explorar temas como el amor, la pérdida, la autoaceptación y la búsqueda de la felicidad, incorporando elementos de comedia y drama de manera efectiva, aunque no siempre con la precisión que se esperaría. La película se beneficia de un guion que, en su ambición, resulta ser su mayor debilidad.

En definitiva, “Corazonada” es una película con sus virtudes y defectos. No es un hito en la comedia romántica, pero sí que ofrece un entretenimiento ligero y agradable, con actuaciones sólidas y una ambientación vibrante. Es un bucefalo cinematográfico que, después de la inicial disrupción, logra mantener la atención del espectador. Si bien no redefine el género, la película merece la pena por su frescura y por su capacidad para evocar un cierto aire de nostalgia por una época y una forma de hacer cine más desenfadada.

Nota: 6.5/10