Corrientes ocultas (1946)

“Corrientes Ocultas” es un thriller psicológico que, si bien no rompe esquemas ni ofrece una originalidad arrolladora, logra mantener la tensión y sumir al espectador en una atmósfera inquietante gracias a una dirección cuidadosa y a las interpretaciones sólidas de sus protagonistas. La película se centra en Lucía (interpretada con una belleza melancólica y una fuerza interior palpable por Elena Roger), una mujer que decide precipitarse hacia el matrimonio con Ricardo (un papel magistralmente interpretado por Javier Gutiérrez), un hombre de negocios exitoso, aparentemente encantador, pero con un pasado envuelto en secretos. La premisa, aunque familiar en el género, se convierte en el motor de una trama que se desenvuelve con lentitud y meticulosidad, permitiendo que la paranoia de Lucía crezca de manera orgánica y convincente.

La dirección de José David Almería es notable por su capacidad para crear un ambiente de constante incomodidad. Utiliza la luz y la sombra de manera efectiva para sugerir la oscuridad que acecha bajo la superficie de la vida de Lucía y Ricardo. La fotografía, con tonos fríos y sutiles, contribuye a generar esta sensación de desasosiego. El ritmo, deliberadamente pausado, permite al espectador respirar y, a la vez, ser atraído hacia la creciente sospecha de Lucía. Se evita caer en melodramas baratos, optando por un enfoque más realista y verosímil, aunque esto también implique un desarrollo más lento. La película no se apresura a revelar sus cartas; en cambio, constriñe al espectador a las dudas y los destrezos de la protagonista.

Las actuaciones son un punto fuerte indiscutible. Javier Gutiérrez ofrece una interpretación escalofriantemente sutil como Ricardo. Logra transmitir la frialdad y la perversidad de su personaje sin recurrir a clichés. Su rostro, a menudo inexpresivo, es capaz de comunicar una avalancha de emociones reprimidas. Elena Roger, por su parte, interpreta con una autenticidad conmovedora la desesperación y la determinación de Lucía. Su personaje evoluciona de manera creíble, pasando de la ilusión romántica a la sospecha y, finalmente, a la necesidad de tomar las riendas de su propio destino. Las interpretaciones secundarias, aunque menos relevantes, cumplen su función sin restarle importancia a los protagonistas.

Sin embargo, el guion presenta algunas debilidades. A pesar de la buena construcción de la trama y el ritmo pausado, se siente que la resolución del misterio podría ser más impactante. Algunos detalles, aunque sugerentes, no se explican adecuadamente, dejando al espectador con cierta sensación de inconclusión. Además, se podría haber profundizado en la psicología de los personajes, especialmente en la de Ricardo, para ofrecer una comprensión más completa de sus motivaciones. No obstante, la película consigue mantener el interés durante casi toda su duración, y el final, aunque no totalmente satisfactorio, cumple con su propósito de cerrar la historia de manera coherente con el tono general de la obra.

Nota: 7/10