Cosas de tíos (2003)

“Cosas de Tíos” (Dude, Where's My Jetpack?, 2006) es una comedia romántica que, a primera vista, parece un cliché consumado: un novio ansioso por casarse, una prima misteriosa, una serie de malentendidos y un caos hilarante. Sin embargo, bajo la superficie de la fórmula, la película de Phil Lord y Christopher Miller ofrece una visión agridulce de la amistad masculina, la inmadurez y la búsqueda de la autenticidad. El título, irónicamente, anticipa una realidad mucho más complicada de lo que se espera.

La dirección, a cargo de Lord y Miller, es ágil y dinámica, utilizando un ritmo frenético y tomas de cámara inusuales que reflejan el estado mental del protagonista, Paul. No se conforman con el humor convencional; incorporan ralentíes, cortes bruscos y situaciones absurdas que contribuyen a la atmósfera general de confusión y desesperación. Si bien el estilo puede resultar un tanto estilizado y a veces excesivo, sirve para sumergir al espectador en la realidad distorsionada de Paul.

Jason Lee, en el papel de Paul, ofrece una interpretación convincente. Logra transmitir la ansiedad y la frustración de un hombre que, a pesar de su aparente madurez, se siente terriblemente inseguro sobre sus relaciones y su futuro. La química entre Lee y Julia Stiles es excepcional. Stiles, como la prima Katie, aporta un contrapunto refrescante a la personalidad de Paul, y su relación, basada en un tira y afloja constante, es uno de los puntos fuertes de la película. Selma Blair, interpretando a la madre de Katie, también ofrece un trabajo memorable, creando un personaje cómico pero también profundamente vulnerable.

El guion, aunque predecible en su estructura general, está sorprendentemente bien escrito. El humor reside en gran medida en la exageración de las situaciones y los diálogos ingeniosos. Las bromas de “tíos” (y en este caso, “tías”) son recurrentes y, aunque a veces puedan parecer forzadas, contribuyen a la atmósfera general de descontrol. La película no se toma a sí misma demasiado en serio y abraza el absurdo con una naturalidad que, en el contexto de una comedia romántica, es bastante refrescante. Sin embargo, el guion podría haber profundizado un poco más en los dilemas internos de Paul, explorando sus inseguridades con mayor detalle. La motivación de Paul para mentir, aunque comprensible, podría haber sido más desarrollada.

En definitiva, “Cosas de Tíos” es una comedia que funciona gracias a la química entre sus actores, una dirección dinámica y un humor que, a pesar de sus excesos ocasionales, consigue entretener y, en cierta medida, hacer reflexionar sobre la importancia de la honestidad en las relaciones. Es una película ligera y divertida que, sin duda, ha resistido el paso del tiempo.

Nota: 7/10