Cosi (1996)

“Cosi” de Wayne McGregor, adaptada de la obra teatral de Peter Shaffer, es una experiencia cinematográfica peculiar y profundamente conmovedora. La película, que transcurre en un asilo psiquiátrico de Sydney, no es una comedia ligera, aunque la premisa inicial sugiera lo contrario. Se trata, en realidad, de una reflexión sobre la soledad, la búsqueda de significado y la necesidad del arte como un bálsamo para el alma. La película comienza con la llegada de Lewis, un joven director teatral sin experiencia, quien se ve inesperadamente asignado al proyecto de rehabilitar a los pacientes a través de la puesta en escena de "Cosi fan tutte". Lo que sigue es una vorágine de malentendidos, errores cómicos y situaciones absurdas, pero también, sorprendentemente, de conexión humana.

La dirección de McGregor es impecable. Logra un equilibrio delicado entre el humor absurdo y la vulnerabilidad emocional de los personajes. No se burla de la situación de los pacientes, sino que la utiliza para explorar sus miedos, sus deseos y sus fantasías. Las escenas en el asilo son claustrofóbicas y, a la vez, llenas de vitalidad. El ritmo de la película es deliberadamente irregular, reflejando el caos mental de los personajes y la naturaleza fragmentada del proceso creativo. McGregor explota al máximo la locura de la situación, creando momentos de pura comedia, pero siempre tejiendo una red de humanidad que evita caer en la caricatura.

Las actuaciones son, en general, excepcionales. La interpretación de Xavier Samuel como Lewis es particularmente convincente. Captura la inseguridad, la frustración y, gradualmente, la esperanza del personaje. Los pacientes, interpretados por un elenco diverso de actores australianos, ofrecen interpretaciones que van desde lo cómico hasta lo desgarrador. Destaca especialmente la actuación de Bruce Berley como Walter, un paciente que se obsesiona con la idea de la "verdad" en el amor, y cuya interpretación es rica en matices y profundidad emocional. Sin embargo, hay algunas actuaciones que se sienten ligeramente forzadas, pero en general, la dinámica del reparto es innegablemente cautivadora.

El guion, adaptado de la obra, es inteligente y provocador. McGregor no rehúye la complejidad de la obra original, pero la adapta con una sensibilidad que la hace accesible al público general. La película se adentra en temas como la naturaleza del amor, la ilusión, la identidad y el poder del arte. La decisión de abordar "Cosi fan tutte" en un contexto tan inusual es magistral. La imposibilidad de los pacientes para cantar o hablar italiano no es un obstáculo, sino una oportunidad para redefinir la obra y explorar sus temas centrales desde una perspectiva completamente nueva. La película desafía la audiencia a cuestionar sus propias concepciones del amor y la verdad. La forma en que la obra se reconstruye, pieza por pieza, en la mente de Walter, es uno de los momentos más poderosos de la película.

Nota: 8/10