Cosmic Sin (2021)

“Cosmic Sin” no es una película que deja una huella imborrable, pero tampoco es un desastre absoluto. Se trata de una producción de ciencia ficción de bajo presupuesto, que, a pesar de sus limitaciones técnicas y de guion, logra construir una atmósfera de suspense y desesperación convincente. La película, que explora la fragilidad de la humanidad ante una amenaza alienígena, se centra en la necesidad de colaboración entre científicos y soldados, dos mundos que, en su mayoría, están en contra. El conflicto, aunque predecible, funciona bien en un contexto de claustrofobia y constante presión.

La dirección de Simon Blackwood, aunque carente de la grandilocuencia que suele asociarse con este género, es funcional. Se centra en el impacto visual de la invasión alienígena, utilizando la iluminación y los efectos especiales –aunque sencillos– para generar una sensación de opresión. Hay momentos de tensión bien ejecutados, particularmente en las escenas de combate cuerpo a cuerpo, donde el director consigue transmitir la brutalidad de la lucha por la supervivencia. Sin embargo, la película a veces se deja llevar por un ritmo desigual; hay secciones lentas y contemplativas que podrían haber sido más dinámicas. El uso del sonido es efectivo, empleando sonidos guturales y electrónicos para subrayar la amenaza extraterrestre.

El elenco, en general, cumple su papel. Liam O’Connell como el Dr. Marcus Reed, el científico al que se le atribuye la clave para detener la invasión, ofrece una actuación correcta, aunque le falta algo de profundidad emocional. Su personaje, aunque bien construido, se queda en un plano de "científico brillante pero frágil", sin explorar sus miedos o dudas. Sin embargo, la química entre O’Connell y la actriz que interpreta a la guerrera, Anya Petrova (interpretada por Chloe Davies), es palpable, aportando un toque de humanidad a la narrativa. Davies aporta una fuerza y una determinación admirable a su personaje, convirtiéndose en el corazón emocional de la película. Sus escenas de acción son convincentes, y su personaje es la personificación de la esperanza en un mundo que parece haber perdido su rumbo.

El guion, sin embargo, es donde la película sufre más. Si bien la premisa es interesante, la ejecución es simplista y a veces forzada. Los diálogos suelen ser torpes y poco naturales, y la resolución del conflicto, aunque satisfactoria, carece de originalidad. Hay un uso recurrente de clichés del género, como el científico que debe descifrar un código alienígena y el guerrero solitario que debe tomar decisiones difíciles. Aunque la película intenta abordar temas como la xenofobia y la importancia de la unidad, estos se presentan de una manera superficial, sin profundizar en las implicaciones morales o filosóficas. Es una película que te entretiene durante el tiempo que dura, pero que no te deja pensando mucho después de haberla visto. A pesar de sus fallos, “Cosmic Sin” cumple su función de entretenimiento ligero, ofreciendo una escapada visual y sonora a la audiencia.

Nota: 6/10