Costa! (2001)

“Costa!” no es una película que busca revolucionar el género romántico veraniego, pero tampoco pretende serlo. Ofrece, en su lugar, una dosis refrescante de humor inteligente y una mirada sincera al deseo y la complicidad femenina en un entorno idílico. La película, dirigida por Christian Schäfer, se instala con soltura en el pintoresco pueblo costero de Nerja, transformándolo en un escenario perfecto para un drama con toques de comedia que, curiosamente, logra ser a la vez ligero y evocador.

El guion, adaptado de la obra de teatro homónima, se centra en tres mujeres de diferentes edades y con vidas aparentemente distintas: Sofía (Georgina Verbaan), una joven bailarina ambiciosa que aspira a ganar el concurso de baile anual; Marina (Katja Schuurman), una viuda en busca de algo nuevo en su vida; y Lieselotte (Annik Pheifer), una burguesilla jubilada que se siente invisible y busca atención. Las interacciones entre ellas no son puramente idílicas, sino que se tejen con rivalidades, malentendidos y pequeñas mentiras que crean un dinamismo interesante. La película no glorifica el romance, sino que lo presenta como un proceso complejo, lleno de obstáculos y con consecuencias inesperadas.

La dirección de Schäfer es precisa y elegante. Logra capturar la esencia de la costa española, con planos que resaltan la belleza del paisaje y la vitalidad del ambiente. La película se beneficia enormemente de la presencia de Nadja Hüpscher, quien interpreta a Gisela, la dueña del bar local y un personaje crucial para la trama. Hüpscher aporta un matiz de sabiduría y vulnerabilidad que eleva la película y le da profundidad a la historia. Las actuaciones son sólidas en general, pero es Verbaan quien destaca por su carisma y capacidad para transmitir la pasión y la ambición de Sofía. Schuurman y Pheifer también cumplen su cometido, aportando un toque de frescura y autenticidad a sus personajes.

“Costa!” no ofrece giros argumentales sorprendentes ni un final espectacular. Su fortaleza reside en la construcción de personajes realistas, en la química entre las actrices y en la atmósfera contagiosa que se respira en la pantalla. La película explora temas como la soledad, el deseo de reconexión y la búsqueda de la felicidad, pero lo hace de una manera sutil y sin sermonear. No pretende ser una experiencia cinematográfica trascendental, pero sí es una película agradable, entretenida y que invita a la reflexión. Es una comedia romántica que, a pesar de sus limitaciones, tiene su encanto y que puede ser disfrutada con una copa de vino y una brisa marina. La película logra ser, en definitiva, un bálsamo para el verano, un escape ligero y refrescante.

Nota: 7/10