Cowgirls y ángeles (2012)

“Cowgirls y ángeles” (Cowgirls & Angels) es, en esencia, una película sobre el precio de la ambición, la fragilidad de los sueños y la dificultad de escapar de un pasado que te persigue. La directora, Shannon Würtenberger, no se limita a contar una historia de mujeres en el rodeo, sino que explora las complejidades emocionales y psicológicas que subyacen a este mundo tan específico y, a menudo, poco visible. El tono general es una mezcla peculiar entre western, drama adolescente y un toque de comedia, y aunque este equilibrio no siempre es perfecto, crea una experiencia visualmente atractiva y, en gran medida, conmovedora.

El punto fuerte de la película reside, sin duda, en la dirección de Würtenberger. La película se beneficia de una fotografía impresionante, que captura la belleza salvaje de las praderas de Montana y la intensidad de las competiciones de rodeo. La utilización de planos aéreos y primeros planos sobre el polvo y el metal crea una inmersión completa en la vida de los jinetes. La película se siente orgánica, evitando el sensacionalismo barato que a veces asalta el género. Se permite un ritmo pausado, que otorga importancia a los momentos de silencio y a la construcción de personajes, lo cual, en el contexto de la película, es vital.

Las actuaciones son sólidas en su mayoría. Emily Meade, quien interpreta a Ida, transmite con convicción la lucha interna de su personaje: una joven marcada por una tragedia familiar y buscando la redención a través de la competencia. Su transformación a lo largo de la película es gradual y creíble. Terence Parker, interpretada por Verónica Falcón, aporta una presencia imponente y un aire de melancolía a la figura de la ex-estrella que se convierte en mentora. Sin embargo, la caracterización de algunos secundarios podría haberse profundizado más. Aunque cumplen su función, carecen de la complejidad necesaria para generar una conexión real con el espectador.

El guion es, en última instancia, el área más débil de la película. Si bien la premisa es interesante y las relaciones entre los personajes son convincentes, la trama a veces se siente un poco predecible. La historia de Ida y su redención, aunque emotiva, repite ciertos clichés del género. Además, algunos diálogos son torpes y poco naturales, especialmente en los momentos de mayor tensión. La película se enfoca en el espectáculo del rodeo, y aunque éste está bien representado, podría haber explorado de forma más profunda los dilemas morales y éticos que plantea la práctica.

En resumen, “Cowgirls y ángeles” es una película con potencial. Ofrece una visión honesta y, en gran medida, refrescante de las mujeres en el mundo del rodeo. A pesar de algunos fallos en el guion y en la caracterización secundaria, la dirección de Würtenberger y las sólidas interpretaciones de Meade y Falcón hacen que sea una experiencia cinematográfica digna de ser vista. Es una película que invita a la reflexión sobre el precio del éxito y la importancia de encontrar la propia voz en un mundo que a menudo intenta silenciarla.

Nota: 7/10