
Crackers (1998)
(EN) · Comedia, Familia · 1h 30m

Dónde ver Crackers
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Sinopsis
En Navidad, la familia Dredge se encuentra en el punto más bajo. Joey, un adolescente de 12 años, ya está en problemas tras ser expulsado de la escuela por un acto imprudente. A esto se suma el dolor por la muerte de su padre y su odio hacia la nueva pareja de su madre, incluyendo a su acosador. La perspectiva de pasar las fiestas con toda la familia en la casa de playa agrava aún más su situación. La llegada inesperada de Albert, el excéntrico y octogenario abuelo, quien ha estado encarcelado, resulta ser un giro inesperado.
Forzado a compartir el pequeño almacén con este anciano, lleno de secretos y con una personalidad peculiar, Joey se ve obligado a confrontar sus problemas y a aprender valiosas lecciones de vida. A pesar de sus numerosos vicios y su forma poco convencional de ser, Albert, interpretado por Warren Mitchell, podría ser la clave para que Joey acepte el pasado y mire hacia el futuro. La película, protagonizada por Daniel Kellie y Peter Rowsthorn, ofrece una comedia navideña con toques de humor negro y una reflexión sobre la familia y el perdón.
Ficha técnica
Crackers
EN
Chris Warner
Reparto principal de Crackers
Actores y actrices destacados que dan vida a la historia en Crackers.
Críticas de la película
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“Crackers” no es una comedia navideña convencional; es una observación sombría y honesta sobre la dificultad de lidiar con el pasado, la soledad y la búsqueda de conexión en tiempos difíciles. La película, dirigida con sensibilidad por John Polacheck, se aleja de los clichés festivos para explorar las fracturas dentro de una familia destrozada por el duelo, el abuso y la desilusión. El ambiente opresivo de la casa de playa, un espacio que debería ser un refugio, se convierte en un reflejo de la desintegración emocional que la asola.
El corazón de la película reside, sin duda, en la relación entre Joey y Albert Dredge, interpretado magistralmente por Warren Mitchell. Mitchell ofrece una actuación inolvidable, aportando una mezcla perfecta de excentricidad, vulnerabilidad y una profunda melancolía. Albert no es un arquetipo del anciano gruñón; es un hombre marcado por la vida, con sus propios secretos, sus demonios y una notable capacidad para el humor negro. Mitchell no se limita a interpretar un personaje peculiar; lo *vive*, transmitiendo una humanidad que lo convierte en el catalizador inesperado del cambio en Joey. La química entre Mitchell y Daniel Kellie es palpable, generando momentos de genuino humor y de un torvo entendimiento.
El guion, escrito por Peter Bowler, es inteligente y con un ritmo cuidado. No se apresura a ofrecer soluciones fáciles ni a simplificar los problemas de la familia. En cambio, se centra en la comunicación (o la falta de ella), en la represión emocional y en la necesidad de confrontar el pasado, aunque sea con dolor. La dirección de fotografía, con sus tonos grises y sus contrastes entre la luz y la sombra, refuerza la atmósfera opresiva pero a la vez sugiere la posibilidad de un nuevo amanecer. Los diálogos, aunque a veces crudos y directos, son sorprendentemente conmovedores y revelan la complejidad de las relaciones familiares.
Sin embargo, "Crackers" no es una película fácil de ver. Es dura, a veces incómoda y, en ocasiones, bastante triste. El humor negro, aunque efectivo, no es el objetivo principal; es un mecanismo de supervivencia ante la desesperación. La película es más un estudio de personajes que una narración con una trama lineal, y eso, paradójicamente, es lo que la hace tan resonante. A pesar de su tono sombrío, “Crackers” deja una sensación de esperanza, recordándonos la importancia de la empatía, la comprensión y la posibilidad de encontrar la redención incluso después de haber cometido errores graves.
Nota: 7.5/10
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