Creepshow 2 (1987)

“Creepshow 2” es un ejercicio de nostalgia que, aunque logra recrear la atmósfera lúgubre y el guiño a las antologías de terror de los 70, termina siendo una película desigual y, en última instancia, olvidable. El film, dirigido por Stephen Kronner, se aferra a la fórmula del primer Creepshow, ofreciendo dos historias independientes que se interrelacionan sutilmente, pero sin alcanzar la brillantez y la originalidad de su predecesora.

La primera entrega, la del legendario Creepshow, se caracterizaba por un humor negro y un estilo visual muy cuidado. "Creepshow 2" no se atreve a tan ambicioso experimento. La historia de "El Viejo Cabeza de Madera" es, sencillamente, una narración de asesinato genérica, que si bien cuenta con un buen toque de horror rural y una banda sonora efectiva, carece de la sustancia que la haría memorable. El guion, escrito por el propio Kronner y otros, no profundiza en la ambigüedad moral que siempre ha sido un sello distintivo del género. La motivación de los criminales es superficial y la resolución, predecible.

La segunda historia, centrada en una serie de extrañas desapariciones en una zona rural, ofrece un ritmo más pausado, sin embargo, también sufre de una ejecución poco inspirada. El elemento sobrenatural, aunque presente, se siente forzado y no se integra plenamente en la trama. Hay momentos de tensión, sí, pero estos no se prolongan lo suficiente como para generar una verdadera sensación de inquietud.

En cuanto a las actuaciones, el joven Jason Aaronsen, interpretando a Billy, es convincente como un niño obsesionado con el horror. Su presencia aporta un punto de anclaje emocional, aunque su papel, aunque necesario, está limitado al de espectador inmerso en los relatos de Creep. El resto del elenco, compuesto por veteranos del género como Curtiss Mayo y Robert Patrick, cumplen con su trabajo, pero no logran levantar la historia por encima de la mediocridad del guion.

Cronner se esfuerza por evocar el espíritu de los clásicos, y visualmente, la película no es mala. Hay un dominio de los detalles, en la dirección de fotografía y en el diseño de producción, que recuerda a las películas de Sam Raimi o John Carpenter. Sin embargo, la estética no es suficiente para compensar la falta de originalidad en la narrativa. "Creepshow 2" es un homenaje, sí, pero un homenaje superficial que no logra encender la chispa que hizo tan especial al primer Creepshow.

Nota: 5/10