Crimen ferpecto (2004)

“Crimen perfecto” (2006) de Fernando Trueba no es solo un thriller español con toques de comedia, sino una disección inquietante de la ambición, la manipulación y la fragilidad del ego masculino. La película, que ha envejecido sorprendentemente bien, sigue la trayectoria de Rafael (Willy Toledo), un hombre que se mueve con facilidad en la alta sociedad, tejiendo una red de relaciones que utilizan como herramientas para alcanzar su objetivo: convertirse en Jefe de planta. Trueba, con una maestría innegable, construye una atmósfera de tensión palpable desde los primeros planos de Rafael, interpretado con una sutileza magnética por Toledo. Su personaje, un hombre atractivo y aparentemente encantador, se presenta como una fachada, ocultando una seducción que, en realidad, es un ejercicio de control y poder.

La dirección de Trueba es impecable. No se apoya en clichés del género, sino que se centra en el desarrollo psicológico de los personajes, explorando las motivaciones detrás de sus acciones. La película está visualmente rica, con una fotografía cuidada que resalta la opulencia de los entornos y la belleza de sus protagonistas. Sin embargo, no es solo estética: el director sabe crear momentos de incomodidad y desconcierto, utilizando la música, el montaje y la composición de los planos para intensificar la sensación de peligro inminente. El uso de la paleta de colores, especialmente en las escenas con Lourdes, la víctima, está particularmente bien logrado, sugiriendo la oscuridad y el peligro que se esconden bajo la superficie.

La actuación de Willy Toledo es, sin duda, el corazón de la película. Su interpretación de Rafael es asombrosa; no se limita a interpretar a un hombre ambicioso, sino que logra transmitir la complejidad de un individuo que justifica sus actos por el deseo de ascender en la jerarquía social. Es un papel que exige gran control y sutileza, y Toledo lo cumple a la perfección, logrando que el espectador simpatice con un personaje moralmente ambiguo. Mónica Cervera, como Lourdes, también ofrece una actuación notable. Su personaje, a pesar de ser la víctima, tiene una fuerza interior y una inteligencia que la convierten en una adversaria formidable. La tensión entre ambos es constante y extremadamente efectiva. La química entre los dos actores es evidente y contribuye significativamente al éxito de la película.

El guion, adaptado de la novela de Francisco Pérez del Pulido, se distingue por su agudeza psicológica. No se centra en la acción pura y dura, sino que se sumerge en las mentiras, los secretos y las manipulaciones que definen las relaciones entre los personajes. El desarrollo de la trama es preciso y lleno de giros inesperados, manteniendo al espectador en vilo hasta el final. Si bien el final puede resultar un poco abrupto para algunos, refuerza la idea central de la película: la fragilidad de la identidad y el poder destructivo de la ambición. “Crimen perfecto” es una película que invita a la reflexión y que plantea preguntas importantes sobre la naturaleza humana. No es solo un thriller, sino un estudio sociológico y psicológico fascinante.

Nota: 8.5/10