Crímenes del corazón (1986)

“Crímenes del corazón” no es la comedia negra esperada, aunque la premisa inicial, la aparente sátira sobre la vida de tres hermanas con problemas personales, promete un tono explosivo y provocador. Sin embargo, la película de Pablo Nunce, aunque dotada de un considerable potencial, se desvía de esa promesa, entregándonos una reflexión más pausada, a veces hasta el punto de la inmovilidad, sobre las relaciones familiares, la soledad y la búsqueda de sentido en la vida adulta. La película, en esencia, es un estudio de personajes que, aunque bien interpretados, luchan por encontrar una conexión genuina, no solo entre sí, sino consigo mismos.

Las actuaciones son, sin duda, uno de los puntos fuertes de la cinta. Ana Guerra, como la hermana que ha renunciado al trabajo y al amor, ofrece una interpretación magistral, capturando la desesperación y el vacío de una mujer que ha perdido su rumbo. Su juego de matices, la sutileza en la expresión facial, transmiten a la perfección la profunda tristeza que la carcome. Asimismo, Marta Valverde, interpretando a la hermana esteril, explora con gran sensibilidad la alienación y el resentimiento que puede surgir de la imposibilidad de cumplir con las expectativas sociales. Su personaje es, en muchos momentos, profundamente incomprendido, lo que le otorga una gran carga dramática. Y finalmente, Daniel Martín, como el marido de una de las hermanas y, por extensión, como el motor que propicia el caos familiar, aporta una presencia inquietante y un aire de peligro latente que, aunque no es el mejor ejemplo de villano, sirve para mantener la tensión dramática.

El guion, firmado por Nunce y Álvaro Gago, intenta jugar con la ironía y el absurdo, pero a menudo se apoya demasiado en el giro argumental y en situaciones exageradas, perdiendo a veces la gracia y el equilibrio. El ritmo, deliberadamente lento, permite conocer en profundidad a los personajes, pero también puede resultar aburrido para quienes buscan una película más dinámica y con más acción. Hay momentos de gran tensión y diálogos agudos, pero la película, en general, se toma su tiempo para llegar a un clímax que, aunque satisfactorio, no es especialmente impactante. El diseño de producción es acertado, creando una atmósfera visualmente agradable y que refleja el estado emocional de los personajes. La banda sonora, aunque discreta, complementa bien la acción en pantalla.

La película, en su búsqueda de explorar las complejidades de la psique humana, a veces se pierde en detalles superfluos y en diálogos que, aunque interesantes, no siempre contribuyen al desarrollo de la trama. Sin embargo, “Crímenes del corazón” es una película que invita a la reflexión sobre las dinámicas familiares, la soledad y la necesidad de encontrar la felicidad, incluso en los momentos más oscuros. No es una comedia, como se insinuaba, sino un drama introspectivo, capaz de generar empatía por sus personajes y, por lo tanto, de provocar un debate interesante sobre los límites de la familia y la complejidad de la condición humana.

Nota: 7/10