Crisis (2021)

“Crisis” es un drama criminal complejo y ambicioso que se sumerge con dolor en la espiral de adicción que asoló a Estados Unidos a finales del siglo XXI, con un enfoque particular en el auge y la caída de los opiáceos. La película, dirigida por Michael Mann, no se limita a ofrecer un relato cronista de la crisis, sino que se atreve a diseccionar sus raíces multifacéticas, entrelazando tres historias aparentemente separadas que convergen en un retrato implacable de las consecuencias devastadoras de la industria farmacéutica y las políticas gubernamentales corruptas. La narrativa, en principio dispersa, se une con maestría, demostrando la habilidad de Mann para construir atmósferas y desarrollar personajes profundos, aunque a veces a expensas de la fluidez narrativa.

Las actuaciones son, en su mayoría, excepcionales. Joaquin Phoenix, en el papel del traficante de drogas, muestra una intensidad contenida y una inquietante ambivalencia. Su personaje, un hombre consumido por la ambición y la pérdida, no es un villano caricaturesco, sino una víctima de un sistema que lo empuja a la deshonestidad y la violencia. Chris Pine, como el arquitecto luchando contra su propia adicción y el trauma de su hijo, ofrece una interpretación vulnerable y conmovedora, transmitiendo con creces el peso del duelo y la culpa. Michelle Williams, en un papel breve pero poderoso, lucha contra la vergüenza y el dolor al intentar proteger a su hijo, su interpretación es breve, pero impactante. La película evita clichés y presenta a los personajes con matices, evitando moralizar o simplificar sus motivaciones.

La dirección de Mann, como siempre, es impecable. Su estilo visual, caracterizado por planos detalle meticulosamente elaborados, una paleta de colores sófisticada y una banda sonora hipnótica, crea una atmósfera de tensión y desasosiego. Mann no rehúye de las escenas violentas, pero las presenta con un tratamiento realista que no busca sensacionalismo, sino que busca transmitir el impacto brutal de la violencia en las víctimas y sus familias. Sin embargo, la película se prolonga un poco, perdiendo fuerza en algunos momentos, y el guion, aunque sólido, se siente un tanto artificioso en la culminación de algunos de los hilos argumentales. La película aborda temas como la corrupción gubernamental, la responsabilidad empresarial y el impacto de las políticas de salud pública, pero no llega a ofrecer soluciones ni conclusiones definitivas, dejando al espectador con la sensación de que la batalla contra la adicción es un conflicto mucho más complejo y arraigado de lo que se muestra en la pantalla.

La fuerza de la película reside en su capacidad para humanizar a las víctimas de la crisis de los opiáceos, mostrando el dolor y la desesperación de quienes se vieron atrapados en la red de la dependencia y la explotación. “Crisis” es un drama importante que invita a la reflexión sobre las consecuencias de la avaricia, la negligencia y la falta de regulación. No es una película fácil de ver, pero su honestidad brutal y su retrato complejo de los personajes la convierten en una experiencia cinematográfica memorable.

Nota: 7.5/10