“Crónicas” es una película que se ancla a la nostalgia y al horror visceral, sin perder de vista una reflexión inquietante sobre la naturaleza del periodismo y el impacto del trauma. Dirigida por Alfonso Cuarón y Guillermo del Toro, la película no solo cumple con las expectativas generadas por su prestigioso equipo de dirección, sino que las supera al ofrecer una experiencia cinematográfica profundamente perturbadora y, en última instancia, moralmente compleja.
La película se centra en Manolo Bonilla (leguizamo), un periodista de Miami con un pasado marcado por sus propios errores. Su viaje a Babahoyo, Ecuador, para investigar el caso del "Monstruo", es una búsqueda personal tanto como una investigación periodística. Cuarón y del Toro construyen la atmósfera con maestría, utilizando la luz y la sombra para crear una sensación de opresión y desasosiego constante. El uso de la cámara lenta, una técnica recurrente en la filmografía de Cuarón, aquí se emplea para intensificar la brutalidad de las escenas y, paradójicamente, para subrayar el proceso de reconstrucción de la memoria y la verdad.
La actuación de Leguizamo es excepcional. Evoca con convicción la ambivalencia de un hombre atormentado por su pasado, oscilando entre la necesidad de ser reconocido como periodista de calidad y la incapacidad de alejarse del horror que se desarrolla frente a sus ojos. El resto del reparto también brilla con luz propia, especialmente Sebastián Cordero como el "Monstruo", quien logra transmitir un horror no expresado, una presencia siniestra que se filtra en la mente de los personajes y del espectador. La película evita caer en clichés del género, ofreciendo una representación cruda y sin adornos de la violencia, aunque la fuerza del impacto psicológico es considerable.
El guion, coescrito por el propio Cuarón y Nicolás Vidau, es el corazón de la película. Más allá de la trama de un asesino en serie, "Crónicas" explora la responsabilidad del periodista, el peligro de la voyeurismo, la fragilidad de la memoria y la dificultad de escapar del pasado. La película plantea preguntas incómodas sobre la ética profesional, el impacto de la cobertura mediática en las víctimas y el precio que se paga por la búsqueda de la verdad. El ritmo, a pesar de la intensidad del contenido, es deliberadamente pausado, permitiendo al espectador digerir la información y sumergirse en la atmósfera opresiva. Antonio Pinto, con su banda sonora, logra completar la experiencia, creando una atmósfera que resulta a la vez inquietante y melancólica.
En definitiva, “Crónicas” es una película audaz y provocadora, que desafía al espectador a confrontar su propia sensibilidad. No es una película fácil de ver, pero su impacto emocional y su resonancia filosófica la convierten en una experiencia cinematográfica memorable. La película demuestra que el horror, bien utilizado, puede ser una herramienta poderosa para la reflexión.
Nota: 8/10